¿Por qué fueron catastróficas las lluvias en Río de Janeiro?
Actualización:
En esta semana de mitad de enero de 2011, se está repitiendo la situación que este post describe, relativa a las inundaciones en Río de Janeiro y leo en los diarios que ya se cuentan por cientos las pérdidas humanas.
Por este motivo no me parece ocioso volver a llamar a la reflexión sobre el fenómeno.
Por otra parte, es mi intención referirme en un nuevo post a los motivos que generan el enorme volumen de precipitaciones acontecidas tanto en Brasil como en Australia.
He aquí el post original acerca de las inundaciones en Brasil:
En la pasada semana hemos sido testigos de la pérdida de numerosas vidas humanas en las ciudades de Río de Janeiro y Niteroi, cosa que no debería haber ocurrido si se hubiera tenido en cuenta el riesgo geológico implícito en los asentamientos precarios que no debieran haberse permitido nunca.
Para entender mejor las reflexiones que aquí deseo compartir, recomiendo la lectura previa del post relativo a Riesgo Geológico, pero aun sin leer dicho post, espero que sea comprensible lo que pretendo expresar.
Los sistemas geológicos son, como ya he dicho varias veces, de gran complejidad, pero si además se les añade una intervención humana sin ningún criterio normativo, puede llegar a generarse una bomba de tiempo, como lamentablemente han demostrado ser las favelas cariocas.
Como prueba de ello, las estadísticas señalan que se producen decenas de incidentes anuales que involucran procesos de remoción en masa en los cerros cargados de urbanizaciones precarias. Y cada tanto, como en estos días, ocurre algo que cobra centenares de vidas a modo de macabro peaje a un manejo irresponsable del ambiente.
Pero ¿cuál es la situación en las favelas de Río?
En general y para decirlo rápidamente, el de un Riesgo por aludes, o como se los llama localmente «deslaves», de la mayor severidad.
Y esto es así porque tanto la Peligrosidad como la Vulnerabilidad, los dos componentes del Riesgo son máximos.
La Peligrosidad, que ya explicamos en otro post se compone a su vez de Susceptibilidad y Amenaza, es naturalmente alta, pero además se ha visto incrementada por la acción humana.
Si recordamos que la vulnerabilidad, a su vez se refiere a la posibilidad de afectación de vidas y bienes, debido a la relación del hombre con el ambiente, se deduce rápidamente que en este caso, la gran responsabilidad por la ocurrencia de la catástrofe es precisamente de los propios habitantes y sus gobiernos.
¿La catástrofe era previsible?
Como dije en el correspondiente post, un proceso natural sólo es una catástrofe, si nosotros nos ponemos en su camino.
Pero en este caso, además la intervención humana, ha magnificado su capacidad destructiva, a través de numerosas acciones desafortunadas.
Volvamos al análisis del Riesgo.
Dijimos que es Peligrosidad por Vulnerabilidad.
Esta última no podía ser mayor, ya que todas las construcciones que se vieron afectadas estaban localizadas en las zonas más inestables, eran de una gran precariedad, y albergaban una densidad poblacional insostenible para todas esas condiciones.
Por otra parte, se carecía por completo de vías de evacuación, planes de contingencia o medidas de mitigación del daño.
El ingreso para socorrer a las víctimas es dificultoso y no estaba previsto de manera alguna. En definitiva, el escenario de ocupación urbana no podía ser peor, ergo la vulnerabilidad es la máxima posible.
¿En qué medida era peligrosa la situación?
Ya demostrada la vulnerabilidad, nos queda analizar el otro elemento del riesgo: la peligrosidad, definida a su vez por la susceptibilidad, y la amenaza.
Ya expliqué en el blog que la susceptibilidad abarca todo el conjunto de las condiciones geológicas que favorecen el proceso potencialmente destructivo.
Y aquí se suman: un clima con lluvias torrenciales; un suelo profundo que se carga de agua con facilidad, aumentando por un lado su peso, y por el otro su capacidad para fluir; y pendientes de alto ángulo, y relativamente cortas.
Las condiciones están naturalmente dadas, pero como si ello fuera poco, cuando el hombre urbanizó, aumentó considerablemente la susceptibilidad a través de las acciones siguientes:
- Eliminación de la vegetación natural, que por un lado retiene agua, y por el otro disminuye su velocidad de flujo, al generar mayor rugosidad y rozamiento.
- Eliminación de superficies de infiltración en cada asentamiento o ampliación de vivienda, con lo cual el agua disponible para escurrimiento superficial es cada vez mayor.
- Falta de canaletas y drenajes que podrían atenuar siquiera en parte la pérdida de superficies de infiltración, ya mencionada.
- Localización de los complejos habitacionales en los bordes mismos del talud, que a su vez se va modificando de manera caprichosa, según las necesidades de construcción, por otra parte siempre precaria.
¿Y los deslaves son muy comunes?
La posibilidad de ocurrencia es lo que se conoce como Amenaza en el análisis de riesgo, y en teoría es independiente de cualquier acción humana, pero en esta circunstancia tan particular, en que el paisaje ha sido tan profundamente modificado, la regularidad de los fenómenos se ha incrementado notablemente, porque tanto la pendiente como la distribución de los excedentes hídricos se han visto fuertemente alteradas.
Sobre el disparador, es decir la cantidad de agua precipitada, es sobre el único factor que la urbanización no ha tenido influencia directa.
¿Por qué fue tan grande y tan dañino esta vez el desmoronamiento?
Porque según lo informado por el Servicio Meteorológico de Brasil, hacía 48 años que no se producían precipitaciones tan intensas, y en ese lapso, los asentamientos precarios crecieron exponencialmente.
Por último, cabe agregar que la situación particular de Morro de Bumba, en la ciudad de Niteroi fue aún peor, porque todo el asentamiento se generó sobre un antiguo basural compactado, cuya inestabilidad como terreno no podía ser de ninguna manera mayor.
A los responsables y trabajadores de medios de comunicación que estén interesados en informarse para realizar notas sobre desastres naturales, los invito a visitar el post que escribí sobre Geología para periodistas y comunicadores.
Espero que estas explicaciones les hayan aclarado el panorama, al mismo tiempo que los hayan puesto a reflexionar sobre los enormes riesgos de la falta de planificación territorial.
La foto que ilustra el post es de un deslizamiento en Teresópolis, interior de Río de Janeiro en 2002. y es tomada de www.uol.com.br/2002/dez.
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Es un problema muy complejo, con ramificaciones sociales, económicas y hasta culturales. Me imagino que la reubicación, aparte de costosa, contaría con la oposición de una buena cantidad de «faveleros»…
Hola, Terox, ¡qué sorpresa encontrarte acá! Sí, desde luego, una vez producida la ocupación, las ramificaciones sociales son intrincadas, pero es bueno que lo menciones, porque tal vez no quedó claro que yo creo que aquí falló la planificación desde el comienzo. Esa gente seguramente se vio obligada a ocupar esos sitios porque nadie se preocupó de darle una mano a tiempo y generar asentamientos en zonas sin riesgo.
Son lamentablemente multitudes invisibles y silenciosas, cuyo destino parece no preocupar a nadie, hasta que es demasiado tarde, como ahora, cuando erradicar las favelas es virtualmente imposible, y ya se considera «normal» que cada tanto algún deslave se cobre muchas vidas.
Un abrazo. Graciela
Bueno, me imagino que no es «casual» que se metieran ahí. Supongo que una construcción formal en un sitio así sería mucho más cara (tomando las previsiones necesarias) que en otros lugares, y así esos sitios quedaron a merced de los «precaristas». Vos sabés, acá en Costa Rica el problema se da con las construcciones (formales o informales) que construyen cerca de los ríos. Cuando éstos se crecen, amenazan llevarse a estos «vecinos». Yo creo que en parte es porque el valle central (donde está San José) es más extendido, y ha soportado el crecimiento poblacional más estructuradamente…
Terox, la gente que se asentó allí no tiene el conocimiento necesario muchas veces, pero el gobierno seguramente sí, y es su responsabilidad reubicar a la gente en zonas más seguras cuando el complejo de urbanización informal es apenas incipiente, después es demasiado tarde- A los gobiernos les corresponde tutelar a sus habitantes en estado de necesidad. No necesariamente regalarles todo pero sí darles facilidades para tener vivienda en zona segura.
La verdad que suceden catástrofes que se podían haber evitado, pero a la sociedad nos queda mucho por aprender. Los antiguos eran más inteligentes, sabían que espacio debían ocupar. Ahora se ocupan lugares que a primera vista es apreciable el riesgo. En España también han sucedido catastrofes este año producto del boom de la construcción antes de llegar la crisis claro, y en lugares que ya tenían historia, pero nos olvidamos de la historia y toponimia de los lugares, y la información pasada siempre es necesaria. Un saludo
Hola Rosalía, precisamente por lo que estás diciendo, los geólogos tenemos que insistir y tratar de hacernos oír, porque muchas veces las tragedias son evitables. Graciela