Excesivos ladrones, por Ana María Shua
Este texto es una prueba más del humor a que nos tiene acostumbrados Ana María Shua, pero viene a cuento porque se mete con algo de la Geología que siempre nos convoca. Fue publicado originalmente en Casa de geishas (Buenos Aires, Sudamericana 1992). Extraído de En frasco chico, antología de microrrelatos, de Editorial Colihue. 2007.
Robaron el equipo de audio y los candelabros y la comida de la heladera y los ceniceros de cristal de Murano y el televisor y hasta los equipos de aire acondicionado y robaron también la heladera misma y la mesita del televisor y el resto de los muebles y los dólares guardados en la caja fuerte empotrada en la pared del dormitorio y después robaron la caja fuerte y también la pared del dormitorio y después robaron el resto de las paredes y los cimientos que las sostenían y el techo que en ellas se sustentaba y las cañerías de bronce que las atravesaban y después robaron los árboles y flores del jardín y después el jardín mismo y el terreno sobre el cual había estado construida la casa y robaron el basamento de granito y varias capas geológicas incluyendo una durísima, de basalto puro, y las napas de agua que en ellas había y siguieron robando y robando hasta provocar la irrupción de la lava en una explosión volcánica que ocultó por completo las pruebas de sus fechorías, los terrenos circundantes, el pueblo entero y buena parte del partido del conurbano en el que se produjera el hecho delictivo y varias zonas de los partidos aledaños y, merecidamente, a ellos mismos, por chapuceros, improvisados y sobre todo exageradísimos ladrones.
Nos vemos el lunes. un abrazo Graciela
jajaja… esos si eran verdaderos «workaholics»
Por cierto, donde decía «ceniceros de cristal de Murano» me acordé de dos copas que tengo en mi casa, compradas en esa isla… ah, qué viaje ese..
Deberías reabrir tu blog y contarnos de tus viajes, Terox, me parece que tendrías una manera más que divertida de contarlos
Tal vez si tuviera buena memoria… ya casi ni me acuerdo… jajajaja