La meteorización física. Parte 1
En otro post ya les di el marco y las primeras definiciones relativas a la meteorización. Les recomiendo empezar repasando esos conceptos. En ese post les prometí que seguiría con el tema, y el momento ha llegado.
Ya saben ustedes (si no siguieron el link, síganlo ahora) qué es la meteorización, y que existen dos formas generales de la misma: la física y la química. Hoy empezaremos con la primera de ellas.
Pero antes, hablemos un poco de la etimología de la palabra misma.
¿De dónde procede el término meteorización?
Etimológicamente, la palabra meteorización está directamente relacionada con el término meteoro, procedente del griego μετέωρο que significa «que está en los cielos». De ella surgió en el latín medieval, meteorum, y desde allí se fue incorporando a diversas lenguas.
Esta historia, y la similitud semántica con las palabras que en inglés (weathering) y alemán (Verwitterung) designan a la meteorización, indican claramente que originalmente se definía como meteorización a la acción de los meteoros, o fenómenos atmosféricos, sobre las rocas expuestas en superficie. No obstante, luego ese concepto debió ampliarse hasta abarcar también ciertas acciones biológicas, inclusive las antrópicas.
Repitiendo lo ya dicho en el post que les mandé a leer, puede definirse entonces, a la meteorización o intemperismo, como el efecto de descomposición química y/o disgregación mecánica de las rocas, in situ, por acción de la intemperie y de los organismos.
Este enunciado permite distinguir los fenómenos de meteorización de los erosivos, ya que estos últimos implican un agente de transporte, y una importante movilización de los materiales a lo largo del proceso; mientras que la expresión in situ, señala precisamente que todos los cambios ocurren esencialmente en el mismo lugar, sin incluir transporte significativo.
Obviamente, como sucede toda vez que se pretende acotar fenómenos naturales, se está incurriendo deliberadamente en una simplificación, ya que la complejidad de los sistemas involucrados así lo requiere. Efectivamente, se debe aclarar que en realidad, los materiales, durante la descomposición y/o disgregación por el intemperismo, siempre están sujetos a algún grado de migración, aun cuando sea ínfima.
Por otra parte, tan pronto como se separan de la roca original, los productos de la meteorización son incorporados al ciclo erosivo, el cual requiere a la meteorización como un fenómeno previo, puesto que no existe manera de que una roca inalterada, que puede implicar afloramientos de muchos kilómetros, y miles de toneladas, sea movilizada por el viento o el agua. Sólo podrá serlo, si antes la meteorización la ha desagregado a un tamaño conveniente.
Desde este punto de vista, podría decirse que primero procede la meteorización, y luego la erosión remueve sus productos.
No obstante, en la práctica, tan pronto como cada partícula es liberada, se incorpora al material en tránsito, mientras el intemperismo continúa. Es decir, que ambos procesos- meteorización y erosión – resultan , en definitiva, virtualmente simultáneos, y la frontera entre ambos es muy difusa.
¿Qué subprocesos incluye la meteorización física?
Aclaremos primero que al igual que la meteorización química, (que veremos más adelante) la física o mecánica comprende a su vez, numerosos subprocesos que se desarrollan sincrónicamente entre sí, y también simultáneamente con los químicos.
El sistema resultante es de gran complejidad, pero para una mejor comprensión, es conveniente analizar aisladamente por lo menos los subprocesos más importantes, a saber:
- expansión por alivio de sobrecarga,
- contracción y dilatación térmicas,
- expansión por crecimiento de cristales,
- extracción por coloides, y
- actividad orgánica.
Cada uno de estos subprocesos serán descritos en el post del próximo lunes, que será la continuación del presente.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post es Arches Park, en USA, y muestra paisajes resultantes de la interacción de procesos también erosivos y de remoción en masa, pero sobre todo de intensa meteorización. Y el texto de este post está basado en mi propio libro:
Argüello, Graciela. 2002. LOS RECURSOS SUELO Y AGUA. Libro de Texto para el Trayecto Ciencias de la Tierra, del PROGRAMA DE POSTITULACIÓN EN CIENCIAS NATURALES, de la F.C.E.F. y Naturales de la U.N.Cba. Versión actualizada, corregida y aumentada.86 págs. ISBN Nº987-9406.