¿Qué es la brea? Parte 1.
Hace ya mucho tiempo, hablando de los distintos modos en que los fósiles son preservados por la Naturaleza, uno de los ejemplos que mencioné fue la conservación en brea, y hoy vamos a profundizar un poco sobre ese tema, porque además hay un destino turístico, el Rancho La Brea que es resultado directo de este fenómeno.
¿Qué es la brea?
La palabra brea designa de manera coloquial al material que los científicos conocemos como asfalto, vale decir el residuo más denso del petróleo crudo, que puede presentar diversos grados de viscosidad.
Se trata pues, de un hidrocarburo, generalmente oscuro, pegajoso (esto es importante para entender todo lo que sigue), y muchas veces maloliente por algunos de los elementos que se asocian con él, como el gas sulfídrico.
Es común que aflore en superficie, generando los primeros yacimientos de combustible que se conocieron en la historia de la humanidad.
En determinadas localizaciones, suele liberar también gas metano, que al escapar hacia la atmósfera genera un burbujeo, lo que causa la engañosa sensación de que la brea se encuentra «hirviendo», cuando en realidad está a temperatura ambiente.
¿Cómo interviene la brea en la preservación de restos orgánicos?
Si ustedes han leído el post con la clasificación de los procesos de fosilización, saben ya que este caso, en su sentido más estricto es una forma de conservación antes que de fosilización propiamente dicha, ya que durante su curso no ocurren reemplazos o petrificaciones.
Lo que causa la conservación es la existencia de un medio virtualmente aséptico que impide en gran medida la putrefacción de la materia orgánica, la cual queda preservada indefinidamente casi en el mismo estado en el que se produjo el sepultamiento.
Si ese sepultamiento fue rápido- lo cual no es el caso más corriente, pero tampoco es imposible si se dan ciertas circunstancias – hasta algunos tejidos blandos pueden llegar a mantenerse intactos. Esto se ha comprobado sobre todo en fósiles de pequeño tamaño, como granos de pólen por ejemplo.
No obstante, el caso más común es el de la conservación de partes óseas y otros tejidos duros como uñas o dientes.
Esto ocurre porque cuando los animales muertos se hunden en la brea, ésta los embebe oscureciendo su color hasta llegar a veces a ennegrecerlos, y con el tiempo, las fracciones más livianas del petróleo se evaporan y dejan tras de sí una sustancia más viscosa que protege los restos.
Conviene aclarar que, contra lo que suele pensarse, los animales cuyos restos se han conservado no se hundieron rápidamente en un líquido viscoso, sino que quedaron atrapados en la pegajosa sustancia, como lo hacen las moscas en el papel matamoscas.
Por esa razón, la muerte no es instantánea sino que ocurre por hambre, deshidratación, o por ataque de depredadores durante una situación en que la huida es imposible.
Ésa es también la explicación del por qué de la alta densidad de restos de animales carniceros y carroñeros, con respecto al número de presas que se encuentran en las lagunas de brea.
¿Por qué hay tanto restos completos como solamente huesos y otras partes duras, pero desarticuladas, preservados en las diversas localidades con brea en el mundo?
Precisamente por cómo ocurre la conservación que expliqué más arriba. En general los animales que son presa y tienen cierto tamaño, son devorados por los que están más arriba en la pirámide alimentaria, y sus restos se disgregan y mezclan en un enorme «cementerio».
En cambio, los microfósiles, algunos insectos y los restos vegetales de pequeño tamaño, como las semillas, entre otros, se conservan completos, y así se los encuentra.
Y ahora que ya conocemos la sustancia y el proceso, vamos a referirnos específicamente a la más famosa localidad de asfalto en que se han encontrado millones de fósiles hasta el presente: el Rancho La Brea de Estados Unidos de Norteamérica.
¿Qué relación tiene el hidrocarburo conocido como brea con el Rancho La Brea en Estados Unidos?
La relación no podría ser más estrecha, porque tanto el Museo George Page que allí se encuentra, como el centro de investigación que trabaja sobre los restos fósiles, y hasta el destino turístico mismo, son el resultado directo de la existencia de esa laguna de brea, que ha preservado un rico yacimiento de restos de fauna y flora cuaternaria.
Pero como este post ya es muy largo, las siguientes son las preguntas que dejo para la semana que viene.
¿Qué características geológicas tiene el Rancho La Brea?
¿Qué es el pozo 91?
¿Qué productos se han obtenido en el pozo 91?
¿Cómo se tratan los restos fósiles que se van encontrando?
¿Por qué no hay hallazgos de dinosaurios en el rancho La Brea?
¿Por qué es tan importante el estudio de los fósiles en esta locación?
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La foto que ilustra el post pertenece a Pulpo, quien la tomó para el blog en uno de sus viajes a USA. Para mí, La Brea todavía es una visita pendiente.