Reflexiones geológicas a diez años del tsunami en Indonesia
El próximo día 26 de diciembre, recordaremos con tristeza uno de los eventos más luctuosos producidos por la geodinámica interna.
Por ese entonces, este blog no había nacido aún, por lo cual nunca me referí a ese evento, y ésta es la oportunidad de hacerlo.
Ya he explicado antes qué es un tsunami, y cómo actuar ante él, de modo que les recomiendo ir a leer esos posts.
Por ese motivo, hoy me voy a referir a un tsunami en particular: aquél que azotó Indonesia y zonas aledañas.
¿Cuándo y cómo se desarrollaron los acontecimientos?
El día domimgo 26 de diciembre, un sismo- del que hablaremos un poco más abajo- tuvo lugar a las 7 y 58 am, en las proximidades del extremo noroeste de Indonesia. De resultas del mismo, a las 9 y 30 de esa mañana se produjo un tsunami que afectó las costas del Océano Índico, lo que es de por sí un evento extraordinario, puesto que los tsunamis son mucho más habituales en el Océano Pacífico.
Este fenómeno afectó severamente a muchos de los países que rodean el Índico, entre los que pueden mencionarse la propia Indonesia, Thailandia, Malaysia, Myanmar, Bangladesh, India, Sri Lanka, las Maldivas, y hasta algunos países africanos, como Somalia, Tanzania, etc. Esto puede verse en amarillo en el mapa que ilustra el post.
Debido a la enorme extensión que resultó afectada, y a las grandes distancias entre los sitios castigados, ningún equipo de investigación pudo relevar todas las áreas que padecieron la consecuente destrucción. Por esa misma razón es que la información recabada está muy dispersa en la bibliografía y no es siempre coincidente.
De los resultados de los distintos equipos de investigación de campo, puede establecerse sin embargo, que el tsunami golpeó las costas a partir de las dos horas y media posteriores al terremoto.
La altura promedio de la ola sísmica fue de 5 m, con alturas máximas que en algunas localidades se aproximaron a 10 m. Hay algunas menciones a sitios con alturas de hasta 30 m, pero no son muy precisas ni del todo confiables.
Las pérdidas de vidas humanas fueron estimadas en alrededor de 230.000, lo que posicionaría a esa catástrofe entre las más luctuosas de la historia moderna.
Si se suman a estas víctimas fatales, los numerosos desaparecidos y los que perecieron por epidemias posteriores, hambruna, etc., el recuento ascendería a por lo menos 300.000.
Las pérdidas materiales significaron más de un millón de personas sin hogar.
¿Cuál fue el acontecimiento disparador?
Como adelanté más arriba, el tsunami fue consecuencia inmediata del terremoto que se conoce en la literatura científica como de Sumatra-Andamán.
Se trata de un sismo submarino que aconteció a las 7 y 58 am, (hora local de la zona del epicentro) y que tuvo su hipocentro en las coordenadas 3,316 N y 95,854 E, aproximadamente a 120 kilómetros al oeste de Sumatra, Indonesia, y al norte de las islas Simeuluead. Se profundidad fue de unos 30 kilómetros por debajo del nivel del mar.
La duración del sismo y sus réplicas inmediatas estuvo entre 500 y 600 segundos (alrededor de 10 minutos), lo que es muy inusual y por ende potencialmente muy destructivo.
La magnitud del terremoto fue oficialmente informada como como 9,3 en la escala de Magnitud de Momento, detalle no menor, que aclararé en la siguiente pregunta.
¿Es lo mismo la magnitud del momento que la magnitud de la escala de Richter?
No, y es precisamente por eso que debo aclararlo, ya que en un post anterior he explicado la diferencia entre Intensidad y Magnitud de un sismo, pero haciendo referencia precisamente a la magnitud más conocida, que se mide en la escala de Richter y que es lo que se define científicamente como Magnitud local o ML.
Ésta que se menciona más arriba, en cambio, es Magnitud del Momento o Mw.
Mientras que la Magnitud de la escala Richter se basa en la máxima amplitud de onda registrada en el sismograma; la Magnitud del Momento es resultante de multiplicar la rigidez del terreno por la cantidad promedio de desplazamiento y por la extensión del área de falla que se desplazó.
En este caso debió usarse esta medida porque para magnitudes en general superiores a 6, la eficacia de la escala de Richter es, por lo menos, cuestionable.
La energía liberada en el terremoto que provocó luego el tsunami, fue estimada en 500 megatones, lo cual es miles de veces superior a la que se liberó en los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki.
¿Por qué la zona afectada es proclive a los fenómenos sísmicos?
La palabra Indonesia deriva de Indo= India y nesos= islas, y ya ese nombre está informando acerca de su conformación, que incluye más de 17.500 islas, menos de la mitad de las cuales se encuentran habitadas.
Las de mayor tamaño son Java, Sumatra, Kalimantan, Nueva Guinea y Célebes. La actividad sísmica y volcánica de Indonesia se encuentra entre las más intensas del mundo y responde a su emplazamiento en zonas de contacto entre placas tectónicas. Efectivamente, en todo ese espacio insular, hay porciones que se ven afectadas por los límites entre las placas mayores del Pacífico, la Euroasiática y la Indoaustraliana.
Sin embargo, la zona de ruptura en el sismo de diciembre de 2004 fue a cierta distancia de esos bordes de placa, y se relacionó con la presencia de una placa mucho menor, la de Burma, bajo la cual, en la fosa de Sonda, subduce la placa de la India.
¿Por qué hubo tantos daños?
En primer lugar por la gran magnitud del terremoto y su extrema duración, que generaron un tsunami que devastó costas muy alejadas entre sí.
Por otra parte, como la zona del hipocentro no es de las más agitadas en la región, y como el último registro histórico de tsunamis databa de más de 100 años, la población estaba en general mal preparada, si se la compara con la de las costas pacíficas, mucho más frecuentemente castigadas por estos fenómenos.
Es notable cómo la memoria colectiva de los isleños de Simeulue tuvo un papel importante en su reacción, que redundó en un número relativamente alto de sobrevivientes. En efecto, en ese sitio hay una tradición oral acerca de un tsunami importante en 1907, y el correspondiente consejo de correr hacia las zonas altas inmediatamente después de movimientos telúricos importantes.
Además, se ignoró la advertencia que el propio terreno había registrado en sus paisajes, y que pueden verse en las imágenes de antes y después del tsunami.
Si se compara la zona devastada con las características del sitio antes del evento, puede verse cómo las olas ingresaron hasta lo que se reconoce como un límite geomorfológico, que indicaba la frontera de seguridad ofrecida por la propia topografía. La densa población asentada al oeste de ese límite estaba naturalmente en riesgo.
¿Qué se aprendió en ese evento?
Probablemente las más interesantes conclusiones son las relativas a las tácitas advertencias que propone la misma configuración del territorio, que son casisiempre prolijamente ignoradas por los planificadores urbanos, y a las que me he referido más arriba.
También pudo observarse el efecto mitigador que los manglares ejercieron sobre los efectos devastadores del tsunami.
A partir de ese acontecimiento, comenzaron a respetarse las barreras naturales que los manglares suponen, y muchos de los que sobrevivieron comenzaron a ser protegidos como medida preventiva de daños.
Comenzó a prestarse más atención a los eventos precursores de grandes tsunamis, tales como sismos, fluctuaciones inusuales del nivel del mar, olas de comportamiento poco corriente, sonidos especiales y conducta anómala de los animales.
A los responsables y trabajadores de medios de comunicación que estén interesados en informarse para para realizar notas sobre desastres naturales, los invito a visitar el post que escribí sobre Geología para periodistas y comunicadores.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio, y la figura con las imágenes satelitales es de imágenes Google.