Algunas reflexiones sobre la intención de cerrar las Puertas del Infierno de Darvaza
Hace bastante tiempo, les expliqué en este mismo blog a qué se llamaba Puerta del Infierno, y les conté también que el pozo de Darvaza sólo era uno de los sitios en el mundo a los que se da en llamar así o de manera muy semejante, por la sencilla razón de que están en llamas desde hace muchos años, décadas o siglos.
Para entender todo el contexto geológico, y la historia de su origen, les sugiero ir a leer ese post.
¿Qué noticia atañe al pozo de Darvaza?
El pasado mes de enero, el presidente de Turkmenistan, Gurbanguly Berdimuhamedow, ordenó a través de la televisión estatal que se apagaran las llamas del pozo que nos ocupa.
El pozo, del que ya he dado abundantes explicaciones en el post que he linkeado más arriba, es conocido de manera oficial como «Shining of Karakum,» (algo así como Brillante del Karakum, en una mala traducción, ya que shining no es sustantivo sino adjetivo) en alusión al desierto en el que se encuentra. No obstante, turísticamente se vende como Puertas del Infierno.
Si bien han pasado algunos meses desde entonces, mi post de hoy pretende ir bastante más lejos, y dentro de algunos años habrá que ver si tengo algo de razón o no.
¿Cuál fue la justificación para impartir tal orden?
El punto de vista de Berdimuhamedow es que el incendio continuado afecta por un lado el ambiente y la salud de la población; y por el otro implica la pérdida de valiosos recursos que podrían ingresar si se exportara el gas natural que hoy se está quemando.
Las reservas de gas natural de Turkmenistán ocupan el cuarto lugar en el mundo, pero eso incluye contar con las que hoy están ardiendo.
¿Es realmente viable cancelar esos fuegos?
Cuando leí la noticia, lo primero que hice fue consultar la formación profesional de Berdimuhamedow, y supe que es odontólogo, de donde me vinieron unas ganas tremendas de decirle «dentista a tus dientes», parafraseando lo de los zapateros, porque de sistemas geológicos complejos parece tener poca idea.
Sólo desde un punto de vista geológico y ambiental, se me ocurren las siguientes dificultades serias:
- Si como alguna vez se propuso, sin mucho fundamento, se intentara apagar inundando el pozo, dos observaciones caben. Por un lado, este fuego es de tipo B, y NO DEBE apagarse con agua, sino con CO2, esencialmente. Por otra parte ¿agua en cantidad en uno de los desiertos más extremos del planeta?
- Una alternativa que también se propuso en su momento, fue ahogar el incendio privándolo de su suministro de Oxígeno. La idea de llenar de sedimentos el pozo está completamente alejada de la realidad si se toma en cuenta la enorme dimensión del espacio subterráneo involucrado.
- Si se lograra de todas maneras realizar una suerte de «tapadera» para evitar que las llamas se alimenten de oxígeno, por carecer de conexión con el exterior rico en ese elemento, las numerosas fracturas y la permeablidad primaria y/o secundaria de las rocas de caja podrían permitir de todas maneras intercambios gaseosos que alimentarían bolsones de material en combustión que podrían generar una presión excesiva. Y en algún momento esa presión se liberaría en un estallido de consecuencias imprevisibles, pero seguramente nada despreciables.
¿Qué otras razones parecen conspírar contra ese ambicioso proyecto?
No se tiene en cuenta en esta propuesta un detalle que no es menor: la reacción de la gente.
Numerosas agencias turísticas venden excursiones a «Las Puertas del Infierno», generando un recurso en una zona donde las condiciones de vida no son fáciles. No sólo las propias agencias sino las poblaciones cercanas reciben con beneplácito ingresos frescos procedentes del turismo. Lo primero que deberia hacerse es evaluar si conviene atentar contra una economía ya establecida y que no requiere más inversiones, en pos de la posibilidad -hasta ahora no muy comprobable- de explotar sustancias que sólo darían beneficios luego de enormes inversiones de riesgo.
¿Hubo intentos anteriores?
Sí, por supuesto. Desde el momento mismo en que se confirmó que el «venteo» era un error, los mismos soviéticos intentaron controlar el incendio sin obtener éxito alguno, hace ya muchas décadas.
En 2010, el mismo Berdimuhamedow ordenó a expertos locales que encontraran la forma de acabar con el incendio, pero debió abandonar el proyecto porque no se encontraron caminos viables. ¿Qué podría haber cambiado tanto en sólo una docena de años?
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
La foto que ilustra el post es de este sitio.