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¿Qué diferencia hay entre sismoscopio, sismógrafo, sismograma e isosistas?
Como pueden observar, este post está dentro de la etiqueta Glosario geológico, es decir que hoy me voy a ocupar de enumerar simplemente los significados de cada una de esas palabras que muchas veces se confunden entre sí, y a veces se emplean de manera equivocada, sobre todo por parte de la prensa no especializada.
Más adelante, hablaremos en detalle de cada uno de esos términos, a medida que avancemos en el conocimiento de los sismos, terreno en el que lentamente estamos caminando.
¿Qué es un sismoscopio?
La palabra deriva del griego, Σεισμός= seismo, que a su vez deriva de seieín, que quiere decir sacudir, y de σκοπειν= skopein, observar. Se trata pues de un diseño, ingenio o aparato que permite detectar la ocurrencia de un sismo. Sólo indica que tal movimiento tuvo lugar, pero no deja un registro de su desarrollo.
Por ese motivo, el término ya casi no se usa porque los científicos desechan algo tan rudimentario. De hecho, fueron los antecesores de los sismógrafos, y algunos se remontan a miles de años atrás. Los chinos, en particular generaron algunos tan pintorescos e ingeniosos que volveremos a ellos en numerosos posts, para describirlos uno por uno, porque dan mucha tela para cortar.
Si bien como dije más arriba los profesionales los consideramos elementos de museo, también puede decirse que sin quererlo, numerosísimos elementos de la vida cotidiana, y aun algunos seres vivos, muchas veces cumplen sin proponérselo las funciones de inesperados sismoscopios.
Ya que la función de un sismoscopio no es otra que delatar la ocurrencia del terremoto, casi cualquier objeto que se encuentre en equilibrio inestable se caerá ante un movimiento telúrico, y en ausencia de otra causa eficiente, con esa caída estará indicando que ha habido un sismo.
Otro tanto sucederá si en ausencia de corrientes de aire que lo justifiquen, comienzan a sonar los llamadores de ángeles, o a sacudirse los móviles que penden sobre el moisés de un bebé.
La inquietud sin razón aparente de las mascotas, animales de granja, y también silvestres, puede obedecer a un sismo, y estaría cumpliendo las mismas funciones que un verdadero sismoscopio.
¿Qué es un sismógrafo?
Etimológicamente deriva de la misma raíz griega más la terminación γραφειν= grafein, que quiere decir escribir. Esto indica que a diferencia del sismoscopio, su tarea no se reduce a la detección, sino también al registro, lo cual implica un innegable avance, razón por la cual son los aparatos que se usan actualmente, después de numerosas modificaciones acontecidas a lo largo de los siglos.
Los principios básicos son muy sencillos, tanto que en algún post también serán explicitados, ya van a ver. Casos particulares de sismógrafos son diseñados para la prospección de petróleo y geofísica en general, llamándose en esos casos geófonos, algunos de los cuales son tan sensibles que podrían registrar el malambo de un cascarudo, si ocurriera lo bastante cerca. Pero esa historia vendrá más adelante, ahora sigamos con el tema de hoy.
¿Qué son los sismogramas?
Siempre desde la misma palabra original griega se deriva, con el agregado del vocablo γραμμα = gramma que significa mensaje escrito, de donde podemos deducir que los sismogramas no son otra cosa que el resultado impreso por los sismógrafos.
Se parecen bastante a los electrocardiogramas, o a los encéfalogramas, aunque le están «tomando el pulso» a la tierra, no a la gente.
¿Qué son las isosistas?
El término procede de ισοσ=igual, también en griego, y la derivación de la misma palabra sismo que ya conocemos.
En este caso se trata de líneas imaginarias (que sobre los mapas se convierten en reales) que unen puntos en el terreno donde la intensidad sísmica es la misma. Sobre intensidad tenemos todavía bastante que conversar en otros posts, pero podemos ir adelantando algunas cosas.
Por ejemplo, si nos encontráramos ante una tierra homogénea, con rocas de igual coherencia y composición, etc., cabría esperar que las isosistas fueran circunferencias concéntricas en el epicentro, y de valor decreciente a partir de él hacia afuera, tal como se ve en la figura 1, Pero no es así en la realidad, porque las múltiples diferencias entre los terrenos que son atravesados por las ondas sísmicas a lo largo de su trayectoria definen innumerables deformaciones en los trazos, según los puntos en que la manifestación del terremoto y sus consecuencias aumentan o disminuyen.
En la figura 2, ven un mapa real, con isosistas reales de un sismo en Perú. Ese mapa ha sido tomado del trabajo de Valdivia Polanco (2002)
El sismograma que ilustra el post lo he tomado de este lugar de la red
Espero que les haya gustado, y si ése es el caso y llevan algo a su blog o a la red social, por favor, mencionen la fuente, como hago yo misma. Gracias y un beso Graciela.
Bibliografía mencionada:
Valdivia Polanco, I.A 2002. Cálculo de la relación intensidad-atenuación a partir de las isosistas de sismos de subducción ocurridos en Perú. Compendio de Trabajos de investigación. CNDG Biblioteca. Instituto Geofísico del Perú. Volumen 3, 2002, pp 37-41.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
¿Es lo mismo diamante que brillante?
Una de las más repetidas entre las preguntas que se formulan en relación con las piedras preciosas es ésa que leen en el título, o bien la siguiente: ¿qué mineral es el brillante?
Esto se debe a una confusión muy común entre conceptos de dos vertientes diferentes: por un lado la mineralogía y por el otro la joyería.
Ahora paso a explicarles, ya que la gemología atiende a la síntesis de ambas disciplinas.
Mientras que el diamante es el nombre del mineral formado por carbono elemental, con la mayor dureza de la tabla, y de alto valor como gema; brillante es una de las formas posibles para tallarlo, tanto a él como a cualquier piedra preciosa transparente.
¿Cómo pueden trabajarse las piedras preciosas?
Las piedras opacas suelen pulirse en forma de cabujón, (simple, doble o de base cóncava); mientras que las transparentes se facetan en brillante, roseta o tabla.
Para que se comprenda mejor todo lo que sigue, conviene definir aquí el concepto de haz y envés de las gemas.
Haz es la parte superior, que se elige buscando el lado más perfecto del ejemplar en bruto, o bien, respetando la forma del cristal natural, según el mineral de que se trate; y que será el sector que quede exhibido si se engarza en una joya.
Envés es la parte que quedará hacia abajo, muchas veces oculta en el engarce.
¿Qué es un cabujón, conocido también como cabuchón?
Es una forma de pulido en que la cara superior (haz) tiene una marcada convexidad, y es tan lisa y suave como el material lo permite.
Normalmente la forma preferida es la ovalada, pero siguen llamándose cabujones mientras conserven la convexidad, más allá de que su contorno puede ser también de corazón, círculo,cruz, triángulo, etc.
Ya les he mostrado antes una rodocrosita pulida en dos formas distintas: en doble cabujón la muestra grande (convexa por el haz y el envés), y en cabujón simple (convexo el haz y plano el envés), la engarzada en el anillo.
Cuando los colores son muy oscuros, suele pulirse la base de forma cóncava, para aumentar la luminosidad del ejemplar, y darle algún atisbo de transparencia.
El cabujón se considera la forma de tallado más antigua, ya que gemas de los antiguos egipcios se encontraron con esa presentación.
¿Qué es el facetado?
Es la práctica de cortar una gema según superficies simétricas y con ángulos determinados que se eligen para obtener la mayor calidad de brillo y transparencia, condiciones que definen el valor en el mercado.
¿Qué es el tallado en brillante?
Es el óptimo para aumentar las reflexiones de la luz en múltiples superficies, magnificando la belleza de la piedra, que puede o no ser un diamante. De hecho, en la figura 1, ven una fluorita tallada en brillante.
El requerimiento es que se logren 56 caras.
Dichas caras se disponen de la siguiente manera: 32 en el haz, (que en este tallado se conoce también como corona) alrededor de la mesa o parte plana, y 24 más en el envés (que también se denomina pabellón), rodeando el colete, que se prolonga un poco para poder engancharlo en la joya.
¿Qué es el tallado en roseta?
Es semejante al brillante en el haz, pero plano en el envés, con lo cual el número de facetas es considerablemente inferior, y suele reservarse para piedras menos valiosas.
¿Qué es el tallado en tabla?
El que se realiza plano en el haz, con sólo cuatro biseles alrededor de la mesa. Pueden eventualmente hacerse más facetas, pero no es lo corriente. El espodumeno de la figura 2 es un ejemplo.
¿Cuándo comenzó la práctica del facetado para realzar la belleza de las piedras preciosas?
Se cree que data de unos 400 años a.C. y que comenzó en la India, pero allí se tallaban de maneras caprichosas, tratando de respetar las condiciones de la cristalización original de cada ejemplar.
En cambio, el facetado como hoy se lo conoce, habría comenzado poco antes del Renacimiento y en Europa.
Así pues, brillante, no es el nombre de una piedra preciosa, sino de una forma de tratamiento para joyería, aunque en el mercado a veces se extienda el uso del nombre como sinónimo de diamante, forma en que lo ha consagrado el lenguaje vulgar.
Espero que este post les haya resultado interesante, y los espero el próximo miércoles, con algún dato para sus agendas. Un abrazo, Graciela.
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P.S.: Todas las fotos fueron tomadas por Pulpo en su visita al Museo de Ciencias Naturales del Condado de Los Ángeles. En la que encabeza el post, a la izquierda se ven joyas realizadas con diamantes.
Cómo se dice: ¿piedra o roca?
Ustedes, los lectores, sugieren temas muchas veces, y también muchas veces piensan que no los tengo en cuenta (va para vos Pateeto) o que olvido sus pedidos.
Pero no es así. No obstante, si no se trata de temas de actualidad (como un sismo o un cráter recién formado), los anoto para ir satisfaciendo sus consultas por orden de llegada, o bien para el momento en que ya tengan un poquito de información previa que les haga más fácil la lectura del post.
En este caso, vengo a complacer a Matías, colega que sugirió un tema de verdad interesante, hace como un año atrás. Y hoy llegó su turno.
Sé muy bien de dónde sale su inquietud porque todos los que alguna vez pasamos por las aulas de las carreras de Geología, seguramente nos hemos topado con esa supuesta regla de oro, expresada por algún docente, según la cual «piedra es mala palabra, los geólogos decimos roca».
Pero da para pensarlo un poco más y se puede mirar desde otro lado, como pasa siempre, porque casi todas las «verdades absolutas» dejan de serlo cuando se las observa un poco mejor.
Entonces:
¿Está mal usar la palabra piedra en geología?
No, si se la emplea de la manera correcta, y en el contexto adecuado. O sea, y esto es una verdad de perogrullo, toda palabra puede ser bien o mal usada, pero no hay razón alguna para su veda de manera absoluta. Y por eso mismo, ahora vamos a analizar un poco esos significados y contextos en los que se puede aplicar cada uno de los términos: roca o piedra.
En primer lugar, sería interesante que recordaran la diferencia entre mineral y roca que ya les expliqué en otro post, porque recurriremos a esos términos más de una vez en este encuentro.
En segundo lugar, el análisis que les propongo va pasito a paso desde la etimología misma, como verán a continuación.
¿De dónde procede la palabra piedra?
He recurrido al diccionario etimológico de Chile para tomar algunos conceptos, a los que por supuesto he agregado mis propias apreciaciones.
Piedra deriva del vocablo latino petra (piedra o roca), que a su vez procede del griego πετροσ (que podría leerse petros) que se traduce como piedra.
Como vemos, la palabra piedra tiene toda la estirpe requerida para reclamar sus fueros, y no hay razón alguna para renegar completamente de ella. Sólo hay que saber cuándo usarla.
¿Cuál es el origen de la palabra roca?
Roca es hija de la palabra rocca que aparece alrededor del siglo VIII, es decir bastante tardíamente, en el latín vulgar, presumiblemente tomada de un lenguaje celta.
Ésta resulta nuestra primera sorpresa: si hay una advenediza es roca, no piedra, cuya estirpe es bastante más rancia y procede de más lejos.
Pero ocurre que rocca, tan plebeya y ordinariota en su origen, fue la madre de roche en francés y de rock en inglés, y de allí procede su ventaja, puesto que cuando la ciencia dejó de escribirse en latín, fue el inglés el idioma que tomó la posta, y en él se tradujo rocca como rock porque era más usada por los mineros y técnicos (de lenguaje vulgar) que petra.
Y nosotros, que hemos tomado casi toda la ciencia desde textos en inglés, nos empecinamos en enamorarnos del término roca, sin darnos cuenta de que la palabra piedra tiene también cabida en el vocabulario geológico, según veremos en seguida.
¿Se pueden intercambiar los términos piedra y roca en Geología?
Por supuesto que no, como ya he venido diciendo, serán los contextos los que definan la selección de la palabra correcta.
Roca sólo se usa en un sentido bien estricto, tal como lo definí en el post que les mandé a leer y que no voy a explicarles de nuevo acá. Pero se distingue bien del concepto de mineral, término del que roca NO es sinónimo.
En cambio, piedra se aplica unas veces a rocas y otras veces a minerales, y casi siempre se usa en términos compuestos.
¿Cuándo se usa la palabra piedra para referirse a rocas?
Partamos de la base de que en la mayoría de los casos, se usará para referirse a fragmentos de pequeño tamaño, y no a afloramientos mapeables. Pero hay excepciones que ya iremos mencionando.
Dije que se usa en términos compuestos, vayan pues los ejemplos: piedras biseladas o piedras facetadas (las pulidas por el viento), piedra pómez o pumita, piedras ornamentales (en este caso, a veces se emplea para yacimientos completos y no para ejemplares fragmentarios), y así se van multiplicando los ejemplos en que de manera absolutamente correcta estamos haciendo referencia a rocas a través de la palabra piedra. No es la intención definir ahora cada una, sino solamente demostrar el punto que me interesa en este post.
Un ejemplo paradigmático aparece en las normas de reconocimiento de suelos, donde al describir el sitio de emplazamiento de una calicata se usan dos palabras diferentes: pedregosidad que estima la cantidad de fragmentos de rocas (piedras) presentes; y rocosidad, que en cambio señala la superficie cubierta por afloramientos continuos. Distinción más clara no puede haber.
¿Cuándo la palabra piedra se aplica a minerales?
También en términos compuestos, del que el ejemplo más conocido es piedra preciosa para referirse a una gema. Nunca diremos «roca preciosa», a menos que se nos antoje hacer el ridículo.
Pero además hay minerales con variedades específicas que toman nombres como piedra lunar o piedra de luna (variedad de adularia), piedra de sol (variedad preciosa de la oligoclasa), y muchas más que iremos viendo en nuestro paseo bloguero a lo largo del tiempo.
En definitiva, creo que queda bien demostrado que la palabra piedra sí existe en la nomenclatura geológica, y sólo el snobismo de algunos geólogos los pone en posición de decir con suficiencia a los legos: «no se dice piedra»
Si les ha gustado el post, los espero el miércoles con informaciones útiles. Un abrazo Graciela
P.S.: Sigo aprovechando las fotos de Pulpo en su visita al Museo de Ciencias Naturales de Los Ángeles, para ilustrar los posts. En este caso se trata de un ejemplar de aragonita en color y hábitos poco comunes, pero de gran belleza.
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¿Qué se entiende por Provincia Geológica?
Éste es uno de esos posts que resultan de las zamarreadas de Dayana.
En efecto, estuvo ella en casa hace un par de días, y no dejó pasar la oportunidad de reclamarme que desde el mes de enero le estoy debiendo una explicación, puesto que en el post relativo a la tragedia de San Carlos Minas mencioné una Provincia Geológica, y ella me pidió que aclarara esos términos.
Y desde entonces estaba en deuda, deuda que voy a saldar hoy. Así pues, allá vamos.
¿Qué es una Provincia Geológica?
Por cierto que hay bastantes definiciones posibles, y todas requerirán aclaraciones, pero he seleccionado para construir este post la de Ortega-Gutiérrez et al., 1991, que se expresa como sigue:
«Provincia geológica es toda parte cartografiable de la superficie sólida del planeta, de centenares a millones de kilómetros cuadrados de extensión, caracterizada por sus rocas, por su estructura y por una secuencia de eventos tal que integre una historia evolutiva singular diferente a la de las áreas adyacentes, de las cuales está separada por límites estratigráficos, tectónicos o por ambos».
Esto implica que ese espacio así definido no necesariamente coincide con las provincias políticas, y ni siquiera con otras provincias como las geomorfológicas, metalogénicas, etc., aunque tampoco es imposible alguna superposición.
Por ejemplo, en la Provincia (política) de Córdoba (Argentina), se definen las provincias geológicas: Sierras Pampeanas de Córdoba y San Luis, Provincia Sierras Pampeanas del Norte de Córdoba y Provincia Llanura Chacopampeana.
Por su parte, cada una de ellas sobrepasa los límites políticos de la provincia de Córdoba. Creo que esto va quedando claro, aunque hay mucho más que explicar todavía.
¿Cómo se puede simplificar el concepto?
La mejor manera es desglosando sus partes y procurando entender cada una.
Así pues, cuando decimos «una parte cartografiable» lo que significa es que tiene una expresión topográfica de extensión suficiente como para aparecer en un mapa. No podremos llamar Provincia Geológica a un pequeño afloramiento de un par de metros cuadrados, aun cuando tenga características distintas de todo su entorno, y se lo pueda delimitar bien en el terreno.
Por otra parte, tampoco será Provincia Geológica el Mar Mediterráneo, puesto que se requiere una superficie sólida. Tal vez un fondo marino podría llegar a constituir una Provincia Geológica, pero no el mar mismo. Sobre este punto, las opiniones, no obstante no son unánimes.
La extensión es además mucho más que meramente cartografiable, pues implica centenares a millones de kilómetros cuadrados. Este requisito evita la proliferación de unidades que tornarían inmanejable la información. Por supuesto en esa escala, la homogeneidad nunca es tan grande, lo cual implica la necesidad de subdivisiones internas, tales como Subprovincias, Asociaciones, etc., según los criterios que se vayan aplicando.
¿Qué elementos caracterizan a una Provincia Geológica?
Precisamente las tres cosas que se mencionan en la definición: las rocas presentes, las estructuras que dominan (plegamientos, fallas regionales, fosas, etc.) y la historia que ha definido ambas cosas, pues ellas son siempre producto de eventos tanto progresivos como catastróficos que han ocurrido en el lugar.
Es también requisito que sus caracteres sean tales que permitan una clara delimitación, una separación del resto del territorio, a través de límites de tipo estratigráfico o tectónico, o de ambas clases.
¿Qué son límites estratigráficos?
Cuando hayamos avanzado en otros conceptos estratigráficos, esta definición se irá completando, pero por ahora podemos decir que un límite estratigráfico marca un cambio importante y distintivo en las condiciones ambientales que van quedando registradas en la sucesión de capas que a lo largo del tiempo constituyen un terreno geológico.
No cualquier cambio es un límite estratigráfico según iremos aprendiendo lentamente en posteriores posts, pero una Provincia Geológica requiere una delimitación que responda a un cambio de este tipo, o bien de tipo tectónico, cuando no de ambos.
Un límite tectónico es aquél que separa áreas con estilo estructural diferente, tales como pueden ser los que se definen por contactos entre placas, o en espacios menores, pueden ser simplemente fallas de extensión regional.
Cuando todos los requisitos se cumplen, puede delimitarse una Provincia Geológica.
Así, por ejemplo y en pocas palabras, la zona de las Sierras Pampeanas de Córdoba y San Luis tiene extensión suficiente; composición litológica característica, dominada por un basamento cristalino con rocas metamórficas e ígneas; estilo tectónico bien definido, de fallas inversas con rumbo N-S, y puede separarse claramente de todas las áreas adyacentes porque precisamente esas fallas la han elevado sobre el entorno, a lo largo de una historia evolutiva también reconocible.
Por todas esas razones es que dichas Sierras constituyen una Provincia Geoló³gica, independientemente de que pertenezcan a dos provincias políticas diferentes.
No se entren a rasgar las vestiduras si algo no les ha quedado claro en el último párrafo, pronto sabrán de todo eso mucho más de lo que creen posible, sólo es cuestión de tiempo, ya saben que vamos pasito a paso para no matarnos de un golpe.
Bibliografía mencionada
Ortega-Gutiérrez, F.; Mitre-Salazar,L.M.; Alaniz-Álvarez, S.,Roldán-Quintana, J.; Aranda-Gómez,J.J.; Nieto-Samaniego,A.; Morán-Zenteno, D.1991- Geologic Provinces of México; a new proposal and bases for their modern definition en Rubinovich-Kogan, R.; Carreño, A.L. (eds) Convención sobre la Evolución geológica de México. Memoria: México, Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Geología. 143-144.
P.S.: El mapa que ilustra el post es de este sitio
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¿Qué significa pirquinear?
El lunes pasado les prometí aclarar el significado de esta palabra, tan latinoamericana, y ahora vengo a cumplir la promesa.
Tanto este término como los relacionados «pirquinero·, y «pirquín» fueron reconocidos por la Real Academia Española a través de la expresión compuesta «trabajar al pirquín» que se define como «trabajar sin condiciones ni sistema determinados, sino en la forma que el operario quiera, pagando lo convenido al dueño de la mina».
Es decir que se entiende que se trata de un trabajo informal, nunca debidamente reglamentado, al menos en Argentina, donde la informalidad llega a extremos en que el pirquinero ni siquiera sabe si está buscando minerales en sitios con o sin dueño.
Sencillamente sale con su pala, su pico su bolsa y sus piquetas, y extrae manualmente todo el material que considera valioso para vender al menudeo.
A veces se relaciona con un comprador que concentra lo obtenido por varios pirquineros, y otras veces busca sus clientes entre los turistas o artesanos que se acercan a él.
El sueño de todo pirquinero es encontrar EL EJEMPLAR que lo saque de la pobreza, un poco a la usanza de los viejos buscadores de oro de las películas estadounidenses.
Normalmente no pasa de ser una utopía porque no son las nuestras, tierras de diamantes o de elementos valiosos como para que un hallazgo fortuito salve a nadie de la necesidad.
Se trata, por el contrario de un trabajo penoso que apenas alcanza para el sustento cotidiano y lleva implícitos riesgos que nadie cubre, porque el pirquinero explota depósitos (inclusive escombreras a veces) sin herramientas ni infraestructuras adecuadas ni otros recaudos que los que él mismo pueda o quiera tomar.
Toda esta familia de palabras procede del quechua pirqa = pared, y se refiere en esta forma o en su castellanización «pirca» a las rudimentarias tapias de piedras calzadas y de poca altura que proliferaron en el imperio incaico.
Todavía se usan en muchos sitios en el campo, para separar los lotes de terrenos de diferentes propietarios, o para cercar corrales para resguardar a los animales.
Su extensión a la tarea de los mineros informales fue totalmente natural, ya que éstos casi siempre deben extraer los minerales de paredes rocosas que los contienen, y fue con esa idea de trabajar sobre una pared natural, (por extensión, tapia o muralla) que se fue haciendo común el término para designar el trabajo de los obreros independientes que buscan minerales para su venta.
Así pues, he cumplido mi promesa, y los espero el miércoles con anuncios de su interés. Un abrazo. Graciela
P.S.: la foto se ve borrosa, porque fue tomada desde una camioneta en marcha, en uno de esos estrechos senderos de montaña, en Bolivia, donde no hay modo de detenerse, y me gusta conservarla así, porque tiene precisamente ese sabor de ruta diferente.
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