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¿Por qué puede haber cambiado de color el lago Huechulafquen?
ACTUALIZACIÓN:
Hoy (4 de enero de 2011) está advirtiendo la prensa que en el Nahuel Huapi se estaría registrando también un cambio de color, y mi análisis puede aplicarse también a ese caso, ya que ha habido nuevamente un sismo de cierta importancia en la zona en que se encuentra este nuevo lago (el Nahuel Huapi).
Por supuesto, hay condiciones locales ligeramente diferentes, pero lo que escribí el 6 de diciembre puede servir de pista, por eso lo estoy actualizando hoy.
Por otra parte la nueva coincidencia sismo- cambio de color, apunta a reforzar la presunción de una relación causal más que fortuita.
Esto es lo que posteé en diciembre:
Hace un par de días, Dayana me envió una nota tomada de la página del CONICET, y yo ya sé que eso significa que tengo que hacer un post al respecto. (Me explota esta chica, no hay caso… 😀 . No importa, Day, lo mismo te quiero)
La escueta noticia que yo debo interpretar para ustedes, se refiere al cambio de color, de azul oscuro a turquesa, detectado en el lago Huechulafquen, aproximadamente en agosto de este año y con posterioridad al sismo de Chile.
Ciertamente ya hay investigadores en el lugar estudiando el tema, y yo sólo haré, como lo indica la etiqueta que elegí para el post, algunas especulaciones a distancia, que ellos, andando el tiempo podrán establecer si se aproximan o no a sus propios resultados.
Debido a que no he visitado el lugar ni formo parte de esos equipos de investigación, lo mío es más bien un ejercicio teórico y un entretenido desafío, pero basado en experiencias de investigación.
Una forma entre otras de abordar una incógnita en un proyecto investigativo, es plantear posibles soluciones (hipótesis) con las correspondientes estrategias para su validación o falsación.
Es decir que uno puede proponer respuestas a su enigma, e imaginar qué datos serían probatorios de cada respuesta, y qué datos en cambio las invalidarían.
Los pasos concretos para confirmar o descartar esas teorías, pueden implicar mucho tiempo de campo, gabinete y laboratorio hasta completar el rompecabezas.
Eso lo harán los científicos que hoy conforman el equipo que ya se ha abocado a resolver por qué el cambio de color del lago.
Yo no formo parte del equipo, de modo que estoy eximida de aportar las pruebas, pero nada me impide generar mis propias especulaciones, con sus correspondientes estrategias de comprobación o descarte, como un simple ejercicio detectivesco, que a mí me parece muy atractivo, y espero que a ustedes también.
¿Dónde está situado el lago Huechulafquen y qué características tiene?
El lago forma parte del Parque Nacional Lanín, enclavado en la localidad de Junín de los Andes, Provincia de Neuquén.
Se extiende por 82, 87 km² y alcanza profundidades de hasta 120 metros.
Se encuentra conectado con el lago Epulafquen mediante una estrecha garganta, y da nacimiento al río Chimehuín cuya cuenca completa está comprendida entre los paralelos 39º 30´ y 40º 15´ S y entre los meridianos 70º 45´ y 71º 45´ W, con extensión total de 2.649 km².
Su origen es glacial, y su posición es a los pies del volcán Lanín.
¿Qué debe tenerse en cuenta al comenzar el análisis del problema?
En la investigación real de campo, cuanto más información preexistente haya, mayores serán las posibilidades de descifrar el enigma, porque los cambios acontecidos serán más fácilmente identificados.
La carencia de esa información dejará siempre la duda en pie, porque si una determinada condición no ha variado, no se puede atribuir a ella la alteración de color observado.
Y por supuesto, una modificación siempre se reconoce por comparación entre situaciones previas y posteriores al ingreso de materia, energía o ambas al sistema.
¿Cómo se puede encarar el análisis teórico del fenómeno de cambio de color?
En primer lugar conviene recordar que todos los sistemas involucrados de manera real o presunta, son complejos y pueden interrelacionarse, de modo que una buena estrategia es separarlos en núcleos de análisis más sencillo.
Por supuesto, como todo intento de clasificación, admite numerosas alternativas, según el criterio que se aplique, pero en este caso, he decidido separar tres grupos:
- Posibles causas químicas.
- Posibles causas biológicas.
- Posibles causas físicas.
Y desde luego habrá también toda una amplia gama de eventuales combinaciones entre ellas, pero insisto, trato de llevar el rastreo de culpables a su expresión más sencilla, sobre todo porque son meros devaneos intelectuales, ya que no conozco ese lago ni tengo información de primera mano recogida en el lugar.
¿Cuáles serían las posibles causas químicas?
Obviamente, la presencia de sustancias cromóforas (de las que hablaremos alguna vez, pero que son las que dan color a los objetos materiales), cuyo origen es el verdadero problema a descifrar.
En todo caso, lo primero es comparar las composiciones químicas antes y después del cambio de color, y de existir modificaciones, deberá rastrearse la fuente del material ingresado.
Entre otros, un contaminante artificial, producto de efluentes vertidos en el lago podría ser el «delincuente» que ha teñido las aguas.
Para confirmar esta hipótesis debería identificarse un vertedero y/o un posible productor del efluente.
Considero esta explicación altamente improbable, porque se trata de un Parque Nacional, donde se ejercen estrictos controles, y no hay industrias allí instaladas.
Otro emisor de elementos químicos podría ser el propio volcán. Gases volcánicos como el sulfuro de hidrógeno, combinándose con elementos comunes como Fe o Cu, pueden producir colores turquesas.
Poco probable, no obstante, porque en una zona de alta incidencia turística, difícilmente pasaría desapercibida una erupción volcánica.
Por otra parte, he leído en numerosas gacetillas que se atribuye el cambio a una erupción subácuea de algún cráter secundario, que por tal razón no tuvo expresiones visibles en superficie.
Sin embargo, ninguna erupción en las profundidades del lago habría dejado de producir efectos notables en la temperatura y pH, que si fueron tan intensos como para cambiar de color el agua, seguramente habrían producido mortandad en la fauna lacustre.
Eso no podría haber pasado desapercibido a los pescadores que acuden en masa al iniciarse la temporada de noviembre, pero ellos no han reportado cambio alguno en ese aspecto.
De todos modos, deberían investigarse variaciones en el relieve del fondo lacustre atribuibles a derrames de lavas recientes.
Algunos otros cambios químicos están tan fuertemente influenciados por la biología que los mencionaré en el próximo punto, y bien podrían generar otra división como cambios bioquímicos.
¿Cuáles serían las probables causas biológicas?
La eutrofización (aumento de la biomasa) de un lago puede generar cambios importantes en la coloración de sus aguas.
Para no hacer este post interminable, no entraremos a considerar los motivos por los que podría el lago volverse eutrófico, pero cuando esto ocurre, la actividad respiratoria de los organismos presentes en abundancia genera mucho CO2 y consume O2.
Esto disminuye tanto el pH como el potencial redox (ya habrá posts sobre estos temas).
Dadas esas condiciones, comienza la reducción del ión férrico al ión ferroso, que por una parte es soluble, y por la otra tiene colores verdosos que afectarían el color del agua. (He aquí los cambios bioquímicos a los que me refería antes)
Esta hipótesis debería confirmarse o descartarse analizando si se han dado o no las condiciones eutróficas, o si se han acentuado en caso de ser preexistentes.
¿Cuáles son las posibles causas físicas?
Pueden ser varias y también coexistir entre sí y con algunas ya mencionadas, pero señalo dos como las más importantes:
Cambios de temperatura muy acentuados pueden generar alteraciones en la estratificación térmica del lago, que conducen a variaciones significativas en oxigenación, pH y potencial redox.
Todo esto, como ya mencioné en el punto anterior puede afectar el estado de oxidación del hierro y generar esos compuestos verdosos también mencionados arriba.
Material en suspensión producto de remoción en masa también puede interactuar con la luz, reflejando diferentes longitudes de onda y dando distintos colores en el agua.
Para confirmar o descartar esta teoría, la búsqueda de cicatrices de despegue recientes ya sea en superficie o en profundidad, debería ser la herramienta idónea. Esas cicatrices se ven obliteradas por la erosión pero siendo un fenómeno tan próximo temporalmente, los investigadores deberían poder encontrarlas.
Y ahora les presento mi hipótesis favorita, que es también física, pero se enmarca en los aspectos tectónicos, y pone en escena la relación con el sismo acontecido en marzo, que ha tenido numerosas réplicas, e implica rupturas y acomodamientos que se han extendido el tiempo suficiente como para explicar el cambio de color, observado recién hacia finales del invierno.
¿Cuál es la hipótesis que prefiero para explicar por qué cambió de color el agua del lago Huechulafquen?
Una hipótesis que comprende numerosas relaciones causales, y que debo empezar explicando el fenómeno de dispersión de Rayleigh.
¿Qué es la dispersión de Rayleigh?
La luz visible penetra en los cuerpos transparentes, ya sean sólidos, líquidos o gaseosos y al chocar con partículas más pequeñas que la longitud de onda de la radiación, éstas actúan como el clásico prisma de Newton, descomponiendo la luz en los distintos colores del espectro visible.
Algunas de estas frecuencias son absorbidas y otras son reflejadas, según la composición y estructura del objeto involucrado, en este caso las aguas del lago.
El color visible es el de la luz reflejada, azul para el agua lacustre.
Como el fenómeno de dispersión de Rayleigh aumenta con el espesor del material penetrado por la radiación, si un lago es más profundo se ve de un azul más oscuro, si en cambio es más somero, la intensificación del azul no es tanta, y puede acercarse a tonos próximos al celeste o como en este caso, el turquesa.
¿Por qué habrían cambiado las condiciones de la dispersión de la luz?
Porque hubo un cambio en la profundidad del lago, como consecuencia de los sismos sucesivos que habrían provocado variaciones en la posición del fondo rocoso que constituye el reservorio.
Esto es perfectamente natural, ya que la relativa rigidez de los materiales continentales someros hace que respondan a las tensiones aplicadas, en forma de rupturas distribuidas a lo largo de la zona más afectada de la placa tectónica responsable del terremoto.
Esto implica que la imagen de una gran placa deslizándose bajo otra como un todo continuo es un tanto simplista, pero ya la iremos afinando en sus detalles a lo largo de sucesivos posts, porque éste ya está más largo que discurso de tartamudo.
Para terminar, señalo que si la topografía del fondo del lago y su inclinación han variado de manera comprobable, ya tendremos resuelto el enigma.
Como una pequeña yapa, les traigo una cita tomada de un reportaje en el cual se menciona un supuesto cambio de dirección de las aguas que podrían deberse a un cambio de inclinación del fondo en consonancia con un sismo de los tantos acontecidos en estos meses.
Unos metros más hacia la cordillera está Horacio Baylac (88), propietario de la hostería Refugio del Pescador, situada a metros del puerto. «En agosto, cuando empecé a salir al lago, vi varias señales de que algo pasaba abajo. Un día de viento observé una franja grande en el medio que cambiaba de orientación y empezaba a correr para el otro lado. Después que le puse más atención, vi que el agua en vez de azul estaba celeste y como con olas mezcladas de colores», relató a La Nacion.
El párrafo anterior lo he tomado de la red, pero desconozco su verdadero origen, (aunque parece ser el diario La Nación) porque lo he visto replicado en numerosas páginas, y no sé cuál es la fuente original.
Otro párrafo, también de la red, parece confirmar mis deducciones:
En esa zona, precisamente, se observan «grietas» en la costa y se afectó la noche del temblor un muelle recientemente construido en la hostería Huechulafquen (a metros de Puerto Canoa), que fue arrastrado aguas adentro, contó el guardaparque Gastón Marchioli, quien llegó a la seccional después de ese episodio.
Ahora nos queda esperar quizás varios meses hasta que los científicos de CONICET den su veredicto, confirmando o invalidando mi hipótesis favorita.
Cualquiera sea el caso, yo me mantuve entretenida, y espero que ustedes también.
PD: A los responsables y trabajadores de medios de comunicación que estén interesados en informarse para realizar notas sobre desastres naturales, los invito a visitar el post que escribí sobre Geología para periodistas y comunicadores.
La foto que ilustra el post la he tomado de Wikipedia.
Hasta el miércoles. Graciela.
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Un ejemplo ilustrativo: El Cuaternario y su límite inferior.
Ya hablamos en un post anterior respecto a la ciencia como acuerdo social. El post de hoy viene a cuento como una ilustración clarísima de lo que les expresé en esa oportunidad.
La noticia que les incluyo fue tomada de la revista Nature, (Volume 459, 4 de junio de 2009) más específicamente de un artículo informativo de Amanda Leigh Mascarelli que pueden leer completo en el recuadro de má¡s abajo si es que les interesa. Les advierto que está en inglés, pero hace referencia a cómo se dilucidó una gran controversia.
Seguramente ustedes saben que el tiempo geológico se mide por millones de años y saben también que sus numerosas divisiones se resumen en lo que se llama el Cuadro Cronológico, que incluye eones, eras, períodos, épocas y edades, siempre abarcando órdenes de magnitud que van de cientos de millones a miles de años.
A ese cuadro lo iremos conociendo lentamente a lo largo de nuestros encuentros en el blog, de modo que no entren en crisis ahora.
Lo que importa en este caso, es que la era en la que estamos es la Cenozoica, y dentro de ella en el período Cuaternario, (en el Holoceno, para más datos) cuya definición ha estado sujeta a numerosos cambios en los últimos años.
En efecto su límite inferior subía y bajaba entre 1 y 2,6 millones de años.
Se alcanzó un punto de las discusiones, en que su existencia misma se cuestionó, llegando a incorporárselo como parte del Neógeno (nombre relativamente nuevo y también discutido), y desapareciendo la nomenclatura anterior.
En fin, las discusiones no cesaban, hasta que se sometió todo el tema a votación, resultando ganadora la postura de conservar el nombre de Cuaternario y colocar su límite en 2,6 millones de años atrás.
Si ésa no es una excelente demostración de que la ciencia al fin y al cabo es un consenso de la comunidad científica, con acuerdo social generalizado, no se cómo esperan que yo los convenza.
Si este post les ha gustado, los espero en el próximo, para seguir enloqueciendo con la Geología.
Un cuaternario abrazo, Graciela.
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La ciencia, esa desconocida.
Hace algunos posts atrás, cuando los inicié en la geología como disciplina, enumeré los aspectos formales de la ciencia. Hoy vamos a conversar otra vez sobre ella, pero atisbando en sus contenidos y con una mirada más crítica.
En aquel primer momento expresé entre otras cosas, que la ciencia es un conjunto ordenado de conocimientos. Y en las nociones de metodología, también les mencioné algunos de los métodos que se utilizan para establecer y validar esos conocimientos.
¿Qué puede agregarse ahora?
Ahora vamos a poner a temblar esa bella estantería, porque es hora de asumir, que en última instancia, la adopción final de ese acervo científico no es otra cosa que un acuerdo social.
En efecto, todo el cúmulo de contenidos que rigen nuestra visión científica del mundo, es, si bien se mira, un entramado de convenciones generadas por los investigadores de cada disciplina, y puesto a disposición de la sociedad, que le da su aprobación final para entronizarlo como el paradigma vigente. (paradigma= norma o modelo)
Esto hace de la ciencia en su conjunto una construcción cambiante y siempre provisoria.
En el curso de la historia hubo descubrimientos revolucionarios que, sumados unos a otros cambiaron a la larga todo el paradigma científico.
Podemos mencionar un par de ejemplos bien claros, que son hitos muy dramáticos, como el pasaje de la teoría Ptolemaica a la Copernicana es decir desde ese sistema planetario dibujado por Ptolomeo con la Tierra, en el centro, y con el resto de los planetas girando a su alrededor, al que hoy aceptamos, en el que el Sol es la estrella alrededor de la cual giran la Tierra y otros cuerpos, constituyendo el Sistema Solar.
Esto se conoce también como el cambio de paradigma desde el universo geocéntrico al heliocéntrico.
Otro ejemplo es el pasaje de la noción del mundo material compuesto por cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego, a la actual concepción que implica más de cien y deja siempre abierta la posibilidad de seguir incorporando nuevas sustancias.
En cada caso, cuando los paradigmas cambiaron, primero hubo una gran resistencia de parte de la sociedad en general y de la comunidad científica en particular. Sólo cuando la acumulación de pruebas fue suficiente, se instaló el nuevo paradigma.
Hilando más fino, y sin que medie un cambio tan dramático, la ciencia evoluciona permanentemente, corrigiéndose acá, retocándose allá, robusteciéndose en algún punto, y refinándose en otro, de tal manera que se dice que en unos diez o quince años el conocimiento de una rama determinada de la ciencia se vuelve totalmente obsoleto.
Mala noticia, chicos, hay que pedalear bastante para permanecer más o menos actualizado.
Y eso que todavía no les dije lo peor.
Ya sabemos que la ciencia en última instancia, es un acuerdo social y para colmo provisorio, ahora veamos su relación con la realidad.
Para eso les invito a analizar la bella obra de Octavio Ocampo que ilustra este post. Ocampo es un pintor mexicano, maestro de la incertidumbre.
Juguemos un poco, a ver: ¿Qué hay en ese cuadro? ¿Un rostro femenino? Si se fijan bien, pueden verse también un par de ardillas sobre un árbol, almacenando bellotas.
Ahora bien, ¿cuál es la realidad? Pueden decir «una mujer», pueden decir «ardillas» y hasta pueden decir «ambas cosas».
Pues, mis queridos lectores, deberé decirles: las tres respuestas son falsas. La respuesta correcta es «ninguna de las tres opciones».
Porque la realidad no está allí. En ese cuadro lo que hay es la representación de una, de otra, o de ambas cosas, como prefieran.
Sutil ¿verdad? Pero toda una diferencia.
Y ahora llegamos al punto al que quería llegar.
Al cabo, la ciencia no es la realidad, sino la interpretación o representación que de ella hacemos. Y para colmo con validez provisoria, y sujeta a permanentes ajustes.
Bueno, ahora que les he pateado el tablero, les voy a ayudar a levantar las piezas.
Por lo menos hay cosas que la ciencia puede hacer con relativa seguridad, y es ir descartando interpretaciones antojadizas, absurdas, ridículas o reñidas con ciertas normas básicas muy comprobadas a lo largo del tiempo.
Así, por ejemplo, en el cuadro que analizamos, estamos seguros de que no está representado Pinocho enlazando una vizcacha.
Es decir que en definitiva, la ciencia tiene algunas certezas, aunque también debamos incorporar a nuestra tarea científica un cierto grado de aceptación de las incertidumbres.
Porque al cabo, y volviendo al magistral pincel de Ocampo, según cómo elegimos mirarlo (paradigma aplicado) acordaremos cuál de las opciones ya mencionadas es la correcta (consenso social)-
Bueno, por hoy ya hemos discurrido bastante, pero todavía podemos romper mucho más las estructuras. No me digan que no la podemos pasar muy entretenidos.
Los espero en el próximo post para seguir abriendo la cabeza a nuevas interpretaciones. Un científico abrazo, Graciela.
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Esto es de Kamikaze
Porque es un abierto y descarado desafío al instinto asesino de mis mentores cibernéticos, Pulpo y Dayana, sobre todo la última, que me ha arreglado varios desaguisados en este paso desde blogger, en el que ya me siento experta, a wordpress en el que estoy haciendo pininos. Aunque si llegan al final del post, creo que hasta ellos me van a perdonar este texto porque tiene un plus científico que les puede llegar a interesar.
Pero, vayamos al punto: todavía estoy en los preparativos y presentaciones de este nuevo rincón cibernético donde nos daremos cita tan a menudo. Porque si voy a recibirlos aquí, tiene que ser un verdadero hogar.
Y como ningún sitio puede ser considerado por mí un hogar, si no hay en él una mascota, les presento a la que será la mascota oficial aunque (ojalá por poco tiempo) de este blog: Tiago, el más que guapo muchachito de la foto.
Dije más arriba: «ojalá por poco tiempo» porque Tiago es un animalito en busca de hogar, que está hoy de forma muy precaria, refugiado en el predio de una empresa desde la que permanentemente lo quieren desalojar. Espero que pronto sea adoptado, para lo cual sólo tienen que dejarme un comentario ofreciendo su corazón. Cuando lo sea, otro adoptable ocupará su lugar como mascota en la pestaña Sobre mí, donde desde hoy tendrá su cuchita Tiago.
Para tranquilidad de los ut supra mencionados Pulpo y Dayana, no tendrá otra intervención que su presencia y su paciente espera, a diferencia de Panchita. (la nombré nomás, al final :D)
Y ahora sí, ya puestos a hablar de perros, ¿saben ustedes acaso, que existe una corriente de pensamiento -en la que por supuesto me enrolo- que sostiene que la asociación Canis vulgaris-Homo sapiens sapiens fue definitoria para el curso de la historia de este último?
En efecto, el pasaje del nomadismo al sedentarismo, acontecido como resultado del nacimiento de la agricultura, se vio muy favorecido por la domesticación del perro. Esto es así porque debido a su fuerte sentido territorial y protector, el perro mantenía a raya a numerosas especies que se acercaban a alimentarse de los primeros cultivos, que no habrían sido tan exitosos sin esa vigilancia.
Muy probablemente, roedores, aves y pequeños mamíferos herbívoros habrían saqueado de tal modo a los humanos, que éstos podrían haber desistido de generar sus propios huertos y sembradíos, de no contar con los agudos sentidos de los canes, puestos a su servicio para evitar esas incursiones.
De no haber existido ese pasaje desde comunidades errantes a asentamientos de agricultores, todo el curso de la civilización habría sido diferente. No sé si mejor o peor, pero decididamente distinto.
También la capacidad de rastreo de los perros facilitó a los humanos la cacería, permitiéndoles entre otras cosas diversificar sus presas, con lo cual dejaron de moverse siguiendo las migraciones de los grandes rebaños.
Efectivamente, los canes encontraban madrigueras, cuevas y nidos, proveedores potenciales de alimento, que habían permanecido invisibles para los seres humanos.
No fue pues, poca la importancia de ese acercamiento entre dos especies que parecen tan diferentes, y que sin embargo se descubrieron mutuamente, cambiando de modo definitivo la historia, y generando un vínculo tan indisoluble que hace considerar, muy acertadamente, al perro como el mejor amigo del hombre.
Y yendo un paso más allá, la agricultura y las consecuencias del nacimiento de conglomerados poblacionales, a su vez, fueron induciendo también grandes cambios geomorfológicos de los que hablaremos tantas veces en este blog.
Ahora, vayan a agradecer a sus perros el no tener que andar todavía correteando por detrás de una manada de ñús para poder comer un asadito.
Y ahora sí, ya es este hogar un sitio completo y acogedor en el que podemos iniciar nuestras aventuras geológicas a partir del próximo post, que será totalmente didáctico e introductorio (no diga nada , Pulpo). Graciela.
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