La maldición del cerro de plata, Eduardo Galeano
Nuevamente Galeano nos deleita con sus palabras, esta vez relativas a la minería. Compartimos un cuento de su libro Bocas del tiempo.
La maldición del cerro de plata
Poca plata da Potosí, que tanta plata ha dado. El cerro no quiere.
Durante más de dos siglos, el cerro escuchó gemir a los indios en sus entrañas. Los indios, los condenados de los socavones, le suplicaban que agotara sus vetas. Y por fin el cerro maldijo la codicia.
Desde entonces, misteriosas caravanas de mulas llegaban en las noches, se metían en el cerro y se llevaban, a escondidas, los cargamentos de plata. Nadie podía verlas, nadie podía atraparlas; y el cerro se fue vaciando noche a noche.
Cuando alguna mula se quebraba una pata, porque era mucho el peso del mineral, algún escarabajo amanecía cojeando penosamente en el camino.
Un abrazo Graciela