14 Consejos para elegir al Director de Trabajo Final en una carrera de grado universitaria
En muchas carreras universitarias del mundo entero, un requisito sine qua non para recibirse es la elaboración de un Trabajo Final, que implica poner en juego todas las competencias adquiridas, y que obviamente debe ser presentado por escrito y defendido ante un Tribunal.
Las normativas varían de una Casa de Estudios a otra, pero, en la gran mayoría de los casos, el alumno es acompañado en el proceso por un Director de Trabajo Final, que será de alguna manera su mentor, y que por eso mismo debe ser elegido por el aspirante a ______ (ingresá tu título en el espacio en blanco), de manera reflexiva e inteligente.
Si bien este blog trata sobre geología y originalmente el post fue pensado desde mi experiencia docente en esta especialidad, creo que puede aplicarse a la gran mayoría de los TF.
Introducción
A los fines de la elaboración del informe pueden ser útiles un par de posts que ya he subido con anticipación, pero hoy quiero compartir algunos TIPS para reconocer a un docente que puede ser el mentor ideal, y también los que les servirán para darse cuenta de que hay otros en cambio, de los que conviene huir como de la peste.
Es importante recordar que el Trabajo Final debe ser tomado muy seriamente, porque es la más integradora capacitación que los estudiantes recibirán antes de volar con sus propias alas profesionales. Por eso, un buen director de Trabajo Final (TF) no será el que les dé poco trabajo y escasos desafíos, sino muy por el contrario, el que los obligue a crecer con su consejo, su crítica respetuosa, y sobre todo con su apoyo incondicional.
Y ahora sí, vamos al grano.
¿Qué requisitos debe reunir un Director de TF recomendable?
- Debe conocer sus funciones y obligaciones. Es decir, que si no conoce previamente el reglamento, lo leerá con el alumno, para cerciorarse de que se cumplirán todos los pasos y requisitos, desde el momento mismo de elaborar el proyecto o plan de trabajo.
- Debe ser honesto con el alumno, no comprometiéndose en la empresa si no está seguro de estar a la altura de lo que se espera de él, por la razón que sea, desde salud hasta idoneidad en el tema, o simplemente ganas.
- Debe disponer del tiempo que la dirección requiere. Es decir que antes de decir que sí, habrá analizado su agenda, asegurándose de que no estará ausente durante la mayor parte del cronograma de trabajo del dirigido, con motivo de algún viaje, campaña extensa, o la razón que sea. También deberá estar seguro de que no estará demasiado sobrecargado de otros trabajos en el tiempo de realización de cada TF.
- Debe estar predispuesto a atender y acompañar al «trabajo-finalista» en todo el proceso. Eso no significa que hará el trabajo por él, sino simplemente que no lo dejará solo y desorientado en la mitad de la tarea. Siempre debe estar listo a escuchar sus dudas y consultas, aunque no tenga las respuestas a priori, y deba estudiar los casos con él.
- Debe amar la docencia, y ser generoso con su conocimiento y experiencia. He escuchado lamentablemente a demasiados colegas diciendo barbaridades como que «no están para avivar giles que serán competencia mañana».
- Y por supuesto, debe tener criterio, conocimiento y voluntad para actualizarse de manera permanente.
¿Cuáles son las señales de alarma que indican que se debería huir de ciertos potenciales directores de TF?
Por suerte, hay pistas muy claras, que cualquier estudiante puede por sí mismo detectar, algunas de las cuales son:
- Desconocer los términos de las reglamentaciones vigentes relacionadas con el TF. Si es su primera experiencia, seguramente su inquietud inicial será informarse al respecto, para dar su consentimiento de manera responsable.
- No involucrarse en el proyecto a llevar a cabo. Se nota cuando permanentemente olvida, posterga o reprograma consultas y reuniones con su dirigido.
- Dar la sensación de estar perdiendo un «valioso tiempo», cada vez que revisa los avances del alumno. Mostrarse siempre apurado, o comenzar los diálogos diciendo «tengo diez minutos, así que veamos rápido…»
- No corregir ni cuestionar nada de lo que se le va presentando. Difícilmente un borrador será tan perfecto como para que no falte siquiera alguna coma. Si NUNCA hay NADA señalado para corregir, pulir, completar o mejorar, suele ser una clara indicación de que el docente ni siquiera ha leído lo que se le presentó.
- No empujar los límites. Cuando el docente no plantea desafíos, muy poco estará preparando al trabajo finalista para su salida al competitivo mundo del ejercicio profesional.
- Derivar trabajos privados propios para que los realice el alumno, sin costo de tercerización. Esto además es antiético, pero lamentablemente sucede. El docente puede, y es recomendable que lo haga, incluir al alumno en sus proyectos de investigación, señalándole tareas específicas en ese marco, lo cual ayuda a solventar los gastos inherentes al Trabajo Final. Pero, ¡ojo! eso debe estar debidamente explicitado, y NO se aplica a trabajos privados técnicos y/o rutinarios. En todo caso, sólo puede hacerse en otra tarea diferente que también existe en algunas Universidades, y que se conoce como Práctica Profesional Supervisada, o expresiones similares. Esta PPS tiene un alcance diferente al del TF, y se rige por otras normas. Aquí NO ESTOY refiriéndome a ella.
¿Hay maneras de remediar un error cometido en la selección de tu Director?
Eso depende de cada Universidad y sus reglamentos. En algunos, existen artículos que permiten solicitar tanto cambio de tema como de director, por causa debidamente justificada. Un consejo sano es que en todo caso, utilicen el argumento del cambio de tema, de manera que eso mismo los derive a un especialista en un área diferente, porque lo contrario genera enemistades- y a veces hasta represalias- difíciles de remontar, hasta por años después del egreso. No olviden que al comienzo de sus carreras, necesitarán manos que ayuden y no zancadillas en su camino.
Por eso mismo, lo importante es averiguar ANTES de elegir un director y guiarse por la experiencia de otros compañeros que hayan pasado antes por el puente que ustedes deberán cruzar. Los egresados recientes pueden decirles si se sintieron o no acompañados, contenidos y orientados por sus Directores. Escuchen esos relatos y actúen en consecuencia.
¿Cuál debe ser la actitud una vez terminado el Trabajo Final?
Por lo que les expliqué más arriba, es importante que ustedes comenten sus experiencias. El mejor premio para un buen Director es que los alumnos lo elijan por recomendación de sus compañeros. A la inversa, un mal director, merece ser desenmascarado antes de que perjudique a otros.
Pero recuerden que la selección o no de un profesor como Director de TF no será necesariamente un juicio de valor sobre el docente como persona o como profesional (a veces sí, pero no siempre), sino solamente acerca de la entrega o falta de ella, que lo caracterice en su relación Director- Dirigido.
Bueno, espero que les haya sido útil este pequeño mensaje, y que lo tomen en cuenta.
Si este post les ha gustado como para llevarlo a su blog, o a la red social, por favor, mencionen la fuente, porque esta página está registrada con IBSN04-10-1952-01.
Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.