El Minotauro y la Geología Parte 1

Hoy voy a ocuparme de la relación entre la isla de Creta y su mito más famoso.
Debido a lo jugoso del mito mismo, he decidido narrarlo todo en esta primera parte, dejando los detalles más geológicos para la segunda parte, que subiré el próximo lunes.
Pero empecemos por algunas generalidades
¿Dónde queda la isla de Creta y cuáles son sus características generales?
Comencemos por la toponimia, es decir el nombre y su origen: antiguamente esta isla se conocía como Candía, por derivación del término griego Chandax que a su vez procedía de la deformación del nombre árabe Rabḍ al-Ḫandaq. Sucesivos cambios llevaron a su actual denominación que en griego se escribe Κρήτη y debería pronunciarse Kriti. Su nombre en inglés respeta bastante esa pronunciación, aunque se escribe Crete.
Se encuentra en el este del mar Mediterráneo, dentro del extremo sur del mar Egeo.
Su monte más alto es el Ida, de 2460 msnm, al que deberemos mencionar más adelante, y su río principal es el Mesara.
¿Qué dice la mitología acerca de esta isla?
La historia de los laberintos de Creta y el Minotauro, reúne en realidad varios mitos interesantes, y en su inicio aparecen al menos dos versiones.
Según una vertiente, Zeus se ocultó en el interior del monte Ida, situado en el centro de la isla, luego de haber raptado a Europa con quien tuvo tres hijos, uno de los cuales fue Minos, cuya esposa a su vez dio a luz al Minotauro, el cual fue encerrado en el Laberinto, ya que se alimentaba de carne humana, y por ende no podía vivir en libertad. Se lo alimentaba con humanos condenados por sus acciones. También devoraba a los incautos o ignorantes que se internaban el laberinto por su propia voluntad.
Otra versión atribuye al Minotauro otra filiación, ya que se lo considera un híbrido nacido de la unión del Toro de Creta y Pasifae, la esposa de Minos. Es el mismo animal que en su séptimo trabajo, Heracles (o Hércules como también se lo conoce) debía capturar.
Según esta otra vertiente el toro fue creado por Poseidón, comprometiendo al rey Minos a sacrificarlo en su honor. Minos no cumplió su promesa, ya que el animal era tan magnífico que lo conservó como semental. Esa promesa fallida enfureció a Poseidón, quien hizo que la reina Pasífae se enamorara del animal y con él tuviera al Minotauro que habrían de encerrar luego en el laberinto diseñado por Dédalo (el de ese otro mito de la alas de cera).
Ahora ingresemos en otra historia mítica que se enlaza con la del Minotauro.
Egeo, considerado como el fundador de Atenas y uno de sus grandes héroes, tuvo con su esposa Etra, un hijo llamado Teseo, que sería el protagonista de esta segunda parte de la historia.
El rey Minos declaró la guerra a Atenas, y puso como condición para terminar con ella, que le entregaran catorce jóvenes (7 varones y 7 doncellas) para alimentar al Minotauro. El peligro era doble, porque aun suponiendo que alguno de ellos pudiera vencer al monstruo o escapar de él, no podría encontrar la salida del laberinto, y perecería en él por falta de alimento y bebida.
Teseo, el príncipe ateniense fue el primero en ingresar y desafiar al Minotauro, quien con un primer rugido dio por tierra con el joven, pero éste se recuperó y comenzó una terrible pelea cuerpo a cuerpo con el animal en medio de una total oscuridad. Una condición previa era que los que ingresaran al laberinto lo hicieran desarmados, de modo que según la leyenda Teseo habría arrancado uno de los cuernos de la cabeza del toro, y con él lo habría matado.
Otra versión introduce a otra protagonista de la historia, Ariadna, la hija del rey Minos, quien le habría entregado secretamente a Teseo una espada, pues estaba enamorada de él. Además de esa espada, lo habría provisto de un rollo de cuerda para guiarlo hacia la salida si lograba vencer al monstruo.
No esperen un final feliz para Teseo y Ariadna, puesto que no pudieron concretar su amor, porque la joven fue raptada por Dionisio, con quien tuvo cuatro hijos; mientras que Teseo terminó casándose con Fedra, hermana de Ariadna. Sí, a los griegos siempre les encantaba enredar las historias hasta el límite, ¿verdad?
Hasta aquí llega la historia en Creta, pero no puedo dejar de mencionar el desenlace en Atenas, y ya al final verán por qué.
Cuando Teseo partió hacia Creta, su padre Egeo le pidió que, para conocer el desenlace de su aventura ya desde la distancia, pues no toleraría tanta incertidumbre, desplegara una vela blanca si volvía triunfante. En el caso de perder la vida, la tripulación debía mantener desplegada en la embarcación la vela originalmente negra.
Teseo, angustiado por el rapto de Ariadna, olvidó el código acordado y regresó enarbolando la vela negra. Su padre la vio desde el cabo Sunión, a donde iba todos los días esperando la llegada del joven, y al ver la vela negra sumido en el dolor, se arrojó al mar que desde entonces lleva su nombre.
Y por esa razón no podía menos que contar esta parte de la leyenda.
Para volver a la ciencia, quedan comprometidas para el próximo lunes las respuestas para las siguientes preguntas:
¿Cuál es el marco geológico de Creta?
¿Cómo se relaciona esa geología con el mito?
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Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela,
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