El Minotauro y la Geología. Parte 2

Como este post es continuación del de la semana anterior, en caso de que no lo hayan hecho ya, les recomiendo ir a leer la primera parte, antes de internarse en ésta de hoy.
El lunes pasado he contestado las siguientes preguntas:
¿Dónde queda la isla de Creta y cuáles son sus características generales?
¿Qué dice la mitología acerca de esta isla?
A partir de allí, seguimos con las preguntas que faltan.
¿Cuál es el marco geológico de Creta?
La montaña de Ida, en Creta central consiste esencialmente en calizas y dolomitas de paleozoicas a mesozoicas, que se hallan recorridas por numerosas fallas de rumbo dominantemente NW-SE.
Estas rupturas subdividen la pendiente norte del monte en las mesetas de Anogia, Zominthos y Nida, de 900, 1200 y 1400 msnm, respectivamente.
La topografía local implica valles longitudinales que se formaron con anterioridad al levantamiento de la isla que tuvo lugar en el Plioceno. Todos los niveles altitudinales presentan intensos fenómenos de karstificación, proceso que ya les he explicado en otro post.
Permítanme abrir un paréntesis para decirles que si bien el fenómeno kárstico ya fue explicado en forma general, aún les debo la descripción y explicación de cada forma kárstica en particular, que pronto podrán leer en otro post.
Todas las geoformas posibles, resultantes de la karstificación están presentes en la isla, ya que el tipo de rocas calcáreas, y el clima húmedo con temperaturas entre moderadas y frías, debido a la insularidad, son las condiciones adecuadas para esos procesos en los que domina la disolución del material pétreo.
Entre esas formas de disolución, es un rasgo habitual la formación de cavernas subterráneas por las que pueden o no discurrir ríos que se insumen y resurgen en superficie de manera irregular.
Las cavernas normalmente presentan faunas particulares, adaptadas a condiciones muy distintas a las reinantes en superficie, por lo que se las conoce como «faunas trogloditas».
¿Cómo se relaciona la geología cretense con el mito?
Una vez que conocemos la condición kárstica de la isla, ya nada debe sorprendernos la presencia de ese laberinto subterráneo de origen natural, aunque la leyenda lo atribuya a Dédalo, según vimos el lunes pasado. Los rasgos espeleológicos son normalmente laberínticos, y es muy fácil perderse en ellos.
Por otro lado, imaginar un animal fabuloso tampoco es carente de lógica, ya que como dije más arriba, los animales de hábito exclusivamente troglodita (es decir cavernícolas) son muy peculiares y pueden generar toda clase de especulaciones fantásticas, inclusive imaginar un ser medio humano y medio toro, como el Minotauro.
La imaginaria criatura reconoce muchos antecedentes en la mitología griega, que en el fondo es fuertemente antropocéntrica, ya que a menudo imagina seres mitológicos con una mitad humana, como el centauro (mitad caballo, mitad hombre) o la sirena (mitad mujer, mitad pez), antes que combinar dos especies animales entre sí.
En resumen, ni el laberinto, ni el Minotauro mismo dejan de reconocer un anclaje en hechos reales vinculados a la Geología, aunque luego la imaginación se desboque por completo.
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Un abrazo y hasta el próximo lunes, con un post científico. Graciela,
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