La efeméride de hoy: fallecimiento de Florentino Ameghino.

Hoy, 6 de agosto se cumple un año más de la desaparición física de Florentino Ameghino, aunque el legado que significa su obra es inmortal.

¿Qué sabemos de la vida de Florentino Ameghino?

Curiosamente, en casi todas las referencias biográficas se menciona como lugar de nacimiento de Florentino, la ciudad de Luján en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, pese a que él mismo en una de sus cartas asevera que era natural de Moneglia, Italia, donde había nacido el 19 de septiembre de 1853. Su nombre original y completo era Giovanni Battista Fiorino Giuseppe, y Florentino no es sino la deformación de ese Fiorino que ni siquiera era su primer nombre.

Florentino habría llegado a Argentina con sus padres cuando ya tenía algo más de un año de edad, pues ellos se habrían trasladado aquí entre fines de 1854 y comienzos de 1855.

Su establecimiento en Luján determinó en buena medida su destino, ya que era allí donde buena parte del trabajo paleontológico de Francisco Javier Muñiz había alcanzado notoriedad algunas décadas antes, y ese nombre tanto como su obra formaban parte del acervo cultural local, lo que despertó el interés de Ameghino.

Es así que sus primeros trabajos científicos son precisamente relativos a la cuenca del río Luján, y fueron realizados en paralelo con su actividad docente en Mercedes, entre los años 1869 y 1877.

Entre 1878 y 1881 reside en Europa, de resultas de su participación en París en la Exposición Universal, a la que siguieron otros eventos científicos. Nuevamente en Buenos Aires abre una librería, que es icónica en las representaciones gráficas de Ameghino.

En 1886, Francisco P. Moreno lo lleva como vicedirector y secretario del Museo de La Plata, asignándole la sección de Paleontología, mientras que su hermano Carlos Ameghino se ocupaba de las tareas de campo.

Fue conocida la rivalidad que luego surgió entre Moreno y Ameghino, de resultas de la cual este último abandonó el museo de La Plata para ser luego director del Museo Nacional de Buenos Aires.

Por entonces fue nombrado profesor de Zoología en la Universidad Nacional de Córdoba, y entró a formar parte de la Academia Nacional de Ciencias con sede en la misma ciudad. Es allí donde publica la que habría de considerarse su obra magna.

Falleció en La Plata, el 6 de agosto de 1911, antes de cumplir 58 años, como resultado de complicaciones de la diabetes

¿Qué investigaciones y teorías desarrolló?

Como mencioné antes, fue en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias donde publicó en 1889 su obra monumental compuesta por 1028 páginas y un atlas, que llevaba por título: «Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina», con la que obtuvo la medalla de bronce en la Exposición Universal de París.

Otra obra notable fue «Filogenia, principios de clasificación transformista basados sobre leyes naturales y proporciones matemáticas», con la cual comienza a revistar en las por entonces poco frecuentadas filas de científicos que apoyaban el evolucionismo sobre bases paleontológicas,

Sobre sus ideas acerca del origen del hombre hablaremos más abajo, pero no podemos menos que mencionar que se ocupó también de un problema que hasta hoy no se ha resuelto satisfactoriamente.

Hacia finales del siglo XIX una prolongada sequía amenazó la permanencia del sistema de lagunas Encadenadas, lo que condujo a Ameghino y a otros estudiosos de la época a lanzar advertencias sobre el tema y a elaborar recomendaciones muy interesantes, entre las que se cuentan la generación de una red de canalizaciones tendientes a retener en la región los excedentes de agua de los períodos húmedos.

Esto puede leerse en su libro: «Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires», donde también recomendaba la derivación de los excesos de agua dulce hacia zonas bajas, para crear reservorios en prevención de nuevas sequías. Complementaba esa generación de canales con la forestación de las orillas de cursos fluviales y de zonas afectadas por la erosión, la piscicultura intensiva en los potenciales embalses, y hasta se refirió a la posibilidad de construir canales navegables para transportar económicamente los productos regionales.

¿Qué puede decirse de su teoría sobre el origen del hombre?

Esencialmente Ameghino postulaba que el ser humano era originario de América y había comenzado allí su evolución, para luego dispersarse por el resto del mundo. Otros investigadores americanos llamaron a esta teoría «de autoctonía», cosa que por supuesto sólo podía comprenderse aquí. Toda esa hipótesis aparece reseñada en el libro «La Antigüedad del Hombre en el Plata»», que se publicó por primera vez en París en 1880, y fue reeditada en 1947 en dos tomos por la editorial Intermundo de Buenos Aires.

Pasados los años, pudo comprobarse que era una noción equivocada, y las razones para su definitivo abandono fueron básicamente tres:

  1. En realidad todos los restos humanos que se hallaron en América corresponden al homo sapiens sapiens, es decir al hombre moderno.
  2. Es obvio entonces, que nunca se han encontrado aquí restos fósiles de los homínidos que evolucionaron para dar surgimiento al hombre actual.
  3. Desde un punto de vista más específicamente geológico, las capas geológicas que contenían los huesos que estudió Ameghino, son también mucho más jóvenes que lo que él pensaba.

¿Qué otras obras legó?

Además de las que he venido mencionando hasta aquí, Ameghino es autor también de:

  • «Los monos fósiles de la República Argentina», publicada en 1891.
  • «Énumeration synoptique des espèces de mammifères fossiles des formations éocènes de Patagonie» (Enumeración sinóptica de especies de mamíferos fósiles de las formaciones eocenas de la Patagonia), aparecida en 1894, donde llega a catalogar 440 especies diferentes.
  • «Sur les oiseaux fossiles de la Patagonie» (Sobre los pájaros fósiles de la Patagonia) de 1895.
  • «L’Âge des formations sédimentaires de Patagonie» (La edad de las formaciones sedimentarias de la Patagonia, que aparece entre los años 1900 y 1903.
  • «Línea filogenética de los proboscídeos» publicada en 1902.
  • «On the primitive type of the Plagiodont molars of Mammalia» (Sobre el tipo primitivo de molares plagiodontes de mamíferos) publicada en 1902.
  • «Los Diprotodontes del orden de los plagiaulacoides y el origen de los roedores y de los Polimastodontes» del año 1903.
  • «Recherches de morphologie phylogénétique sur les molaires supérieures des ongulés» (Investigaciones de morfología filogenética sobre los molares superiores de los ungulados) de 1904.

¿Qué homenajes recibió por su trabajo?

Ameghino es reconocido como brillante científico en el mundo entero, aunque por supuesto, la mayor parte de los homenajes se le brindaron en su país de adopción, es decir la República Argentina.

Tal vez el homenaje más significativo, ya que se reserva para muy pocos elegidos, es el haber conferido su nombre a un cráter de la Luna.

Por otra parte llevan también su nombre varias localidades argentinas, numerosos establecimientos educacionales, bibliotecas, museos, plazas, y parques en todo el país.

Hoy se llama Florentino Ameghino la Diagonal 80 en la ciudad de La Plata, y hay numerosos bustos que lo inmortalizan en toda la Argentina; siendo además el mausoleo en que descansan sus restos en el Cementerio de La Plata, un Monumento Histórico Nacional.

Además de las muchas las localidades denominadas Florentino Ameghino, hay también un parque con su nombre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un dique artificial en la provincia de Chubut. Así se llama también un Bosque Petrificado, y un Canal de 92 km de longitud, 30 m de ancho y 2,5 m de profundidad, construido en 1979 para controlar inundaciones en la provincia de Buenos Aires.

A nosotros, los geólogos nos interesa especialmente el hecho de que para homenajear tanto a él como a su hermano menor Carlos, se dio el nombre de ameghinita a un nuevo mineral descubierto en Argentina.​

La casa en Luján en que pasó la infancia, es hoy el Museo Municipal Casa de Florentino Ameghino.

En 2020 se estrenó un documental ficcionado sobre su vida, titulado «El Loco de los Huesos», y por fin fue en su honor que se denominaron más de 100 especies de flora y fauna autóctonas. como la Amanita ameghinoi, o la Notopappus ameghinoi, por mencionar sólo algunas.


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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.

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