Otro de mis recuerdos
Ya hace mucho que comencé a contarles las situaciones más peligrosas que tuve que sobrellevar en mi tarea geológica.
Hoy les traigo otro recuerdo acerca del cual prefiero no ser demasiado precisa. Sólo puedo decirles que fue en la plataforma basculada de nuestra provincia de Córdoba.
Estábamos dos colegas y yo preparando uno de tantos trabajos científicos para publicar, y como parte de nuestra búsqueda de elementos que nos permitieran develar la historia de un paquete sedimentario, veníamos siguiendo un paleosuelo que usábamos como guía de la continuidad lateral de la formación que intentábamos interpretar.
Eso nos fue llevando hacia una parte cubierta por un sembrado de soja, que era totalmente ilegal, ya que se adentraba en terrenos fiscales, casi hasta rozar la vía del ferrocarril, lo cual está prohibido, obviamente.
Supongo que nuestro vehículo, estacionado a pocos metros, era bastante conspicuo, porque en el momento en que comenzábamos a bajar nuestros elementos de trabajo, y mientras uno de mis compañeros comenzaba a tomar fotos de nuestro horizonte guía, llegó a buena velocidad un hombre en una cuatro por cuatro, y bajó increpándonos a gritos:
-¡¿ Por qué están tomando fotos de mis cultivos?! ¿Qué están buscando?
Obviamente sabía el hombre que estaba cometiendo una infracción, que no sé si se caratularía como delito o no, pero que en realidad a nosotros no nos importaba, entusiasmados como estábamos con nuestra investigación.
Allí respondimos, todavía sorprendidos por la violencia de su reacción, pero sin demasiadas preocupaciones al respecto, que éramos investigadores de la UNC, y ése fue el error, ya que la palabra «investigadores» no sé qué resortes pulsó en su mente, pero con una voz muy baja y de tono amenazante, nos interrumpió diciendo:
-Ustedes no tienen nada que investigar en mis cultivos, ¿entienden?
Y así diciendo, se abrió significativamente la campera, para mostrar la culata de un arma que llevaba calzada en el cinturón.
Obviamente perdimos el interés científico en el acto, y pidiendo disculpas, recogimos nuestra caja de reactivos, las palas y otros instrumentos y volvimos a nuestro auto.
Huelga decir que ese horizonte guía finalmente no fue motivo de ninguna de nuestras publicaciones.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.