Otro párrafo de Harricana

Ya les he presentado antes un texto extraído de este libro de Bernard Clavel, y hoy elijo la continuación de esa misma página, porque no tiene desperdicio.

Las escasas verrugas que crecieron sobre el caparazón del precámbrico debieron arar su vientre con colores de jade rallando las cabezas de granito. Se presiente en la superficie abovedada de las colinas, en la redondez de las rocas. Los siglos han pasado, pero permanece el recuerdo de esa lucha, de ese terror inspirado a la tierra por el acarreo rugiente de la montaña translúcida. Uno cree percibir aún el eco de los crujidos. De la masa desencadenada habrían de sobresalir algunas aristas, tal vez los huesos de ese viejo esqueleto que sólo el sol podía gastar. Estas protuberancias aceradas trabajaron la meseta. Mucho más tarde, las últimas arroyadas se apoderarían de sus estelas donde corren aún los ríos de hoy.

¿No les parece una manera muy bella de describir procesos geológicos y geomorfológicos?

A mí me encantó. Un abrazo y hasta el lunes con algo bien distinto. Graciela.

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