El sismo en Japón del 13 de enero de 2025
Hoy nos ha sorprendido la noticia de un sismo en Japón, y hablaremos un poco sobre él.
¿Qué reporta la prensa al respecto?
Lo primero que debemos agradecer es que no se han registrado víctimas personales ni daños de gran importancia, por razones que analizamos más abajo. No obstante se sintió la fuerte sacudida y se emitió una alerta por tsunami, de lo cual también hablaremos luego.
Por lo demás, se informa que tuvo lugar en las proximidades de Miyazaki, el día 13 de enero de 2025 (hoy) a las 12:19:32 (UTC).
¿Qué características técnicas tuvo?
Según lo que informa el USGS, la magnitud fue de 6.8, con epicentro unos 18 km al SE de Miyazaki, Japón, según coordenadas 31.806° N y 131.565° E. El hipocentro se calcula a 36 km de profundidad.
¿Cuál es el contexto geológico que explica esa alta sismicidad en Japón?
Japón y su territorio insular se encuentran emplazados en las fronteras de varias placas tectónicas, tales como la de Filipinas, del Pacífico, la Eurasiática y la Norteamericana. No es pues de extrañar que se trate de una de las zonas más activas geológicamente, y se sacuda sísmicamente con cierta regularidad. También la pequeña placa de Sonda influye en el contexto regional.
Una característica muy peculiar es que en la zona en cuestión casi todas las placas convergen, como es el caso de la placa Pacífica que subduce al sur de Japón; mientras que al oeste convergen también la placa de Filipinas con la de Sonda, por mencionar ejemplos.
Todo eso produce gran actividad tanto tectónica como volcánica. Y por supuesto es alta la ocurrencia de tsunamis también.
¿Por qué, sin embargo, normalmente se registran pocos daños y víctimas?
Esencialmente porque la vulnerabilidad es baja, debido a la conjunción de edificaciones sismorresistentes, educación para la contingencia, y una cultura donde las indicaciones que van emitiendo las autoridades se cumplen a pie juntillas. Les sugiero que sigan todos los links que he incluido aquí, porque no voy a repetir temas ya tratados en detalle con anterioridad.
¿Por qué se emitió una alerta por tsunami?
Siendo la zona mayormente insular, la alerta es una consecuencia lógica, y forma parte de los protocolos de prevención. De hecho, acabo de escuchar que ya hubo pequeñas manifestaciones asimilables a tsunamis poco intensos.
¿Qué sigue ahora?
Como siempre lo indico, habrá que estar conscientes de que ahora seguirán réplicas de menos magnitud hasta que las placas encuentren una nueva posición de equilibrio. No cabe suponer que sean de gran magnitud porque ya la energía acumulada ha sido liberada en gran medida. Las autoridades de las costas al otro lado del Pacífico deberán monitorear la situación por las razones que expliqué ya en este post, que les recomiendo ir a leer.
Ahora, antes de despedirme, les recuerdo que hubo también un sismo recientemente en Nepal, y que pueden leer algunas explicaciones generales en este post, aunque no lo haya escrito ahora, sino hace muchos años con motivo de otro evento.
Un abrazo y hasta el próximo miércoles, con un post informativo. Graciela.
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La imagen que ilustra el post es del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Stefan Daszyński, geólogo y montañista
Hace algún tiempo atrás les presenté el libro «Más alto que los cóndores» de Víctor Ostrowsky, y les adelanté que entre los participantes de los ascensos a importantes picos de los Andes, que en ese libro se narran, participó un geólogo, del que me ocuparía alguna vez.
No puedo menos que confesar que pese a mis largas búsquedas, sólo pude encontrar unos pocos datos sueltos sobre este científico, y es todo lo que puedo presentarles hoy.
¿Cuáles son sus datos de nacimiento y fallecimiento?
Daszyński Stefan Witold nació el 27 de diciembre de 1902 en Cracovia, siendo hijo de Ignacy Daszyński, el famoso activista socialista que llegaría a ser Primer Ministro de Polonia, por cuya notoriedad, las hazañas de su hijo resultaron comparativamente muy poco publicitadas. A ese hecho atribuyo mis dificultades para encontrar información sobre la vida del geólogo (al menos en alguno de los idiomas que hablo, entre los que no se cuenta el polaco) mientras tropezaba a cada paso con la biografía de su padre.
Stefan asistió a la escuela secundaria en Zakopane, ciudad que se encuentra en la parte sur de la región de Podhale, a los pies de los montes Tatras donde comenzó su entrenamiento como montañista y alpinista. Siguió luego estudios superiores en Cracovia, donde se graduó como ingeniero geólogo, y más tarde se especializó en minería y geofísica, a través de estudios como postgraduado, realizados en Estados Unidos. Falleció el 9 de marzo de 1959 (en algunas fuentes el año de deceso se menciona como 1958) en Washington.
¿En qué expediciones destacadas participó?
Ya muy joven obtuvo numerosos logros relacionados con ascensos por diversos pasos en los Montes Tatras.
Fue miembro de la primera expedición polaca en los Andes argentinos, que tuvo lugar entre 1933 y 1934, y que acuñó entre otros logros, el primer ascenso al Cerro Mercedario (6.800 msn), tercer pico más alto de América, superado sólo por el Aconcagua y el Nevado Ojos del Salado. Los montañistas avezados consideran sin embargo que el grado de dificultad del Mercedario – con la tecnología accesible en la década del 30- superaba al de los otros dos picos mencionados.
Esa misma expedición realizó el primer ascenso por el muro oriental (mucho más arduo que el clásico por los Horcones) al pico más alto de América, el Aconcagua (6962 msm).
¿Cuáles fueron sus aportes al conocimiento geológico?
La expedición polaca a los Andes estaba integrada por científicos y profesionales que sumaban al interés meramente deportivo, la intención de documentar las condiciones geográficas, meteorológicas y topográficas que iban encontrando, además de llevar un registro de sus propias reacciones físicas y psicológicas en la alta montaña, por lo cual uno de los miembros de la expedición era precisamente un médico.
Stefan en particular, sumó a las publicaciones y entrevistas de los otros miembros, sus libros y reseñas:
Expedición a los Andes (» Tygodnik Ilustrowany » 1934, no. 38)
Expedición científica y de montañismo polaca a las montañas de América del Sur (» Wierchy » 1934)
Una expedición polaca a los Altos Andes (» The Geographical Journal[w innych językach] » 1934)
Más tarde documentó también en 1938-39 en el trabajo de WH Paryski et al., una expedición de investigación a Nicaragua.
¿Cómo siguió su actividad profesional?
Durante la Segunda Guerra Mundial, fue oficial de enlace aéreo de las Fuerzas Armadas Polacas en Occidente.
Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, representó al gobierno polaco en Egipto y en los campos de refugiados de esa nacionalidad en África Oriental.
Más tarde trabajó en Inglaterra y Estados Unidos, no sin pasar también por Irak, Alemania y Colombia entre otros países.
¿Qué podemos agregar?
Sólo puedo añadir que es en honor a la expedición de la que formó parte, que el hoy denominado Pico Polaco fue denominado como tal.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es del propio libro que menciono arriba.
Calendario geológico y evolución
Este calendario es tomado de un mail que me enviaron, y según el cual los autores son Ignacio Romero García y Alejandro Yoldi González. Si el dato de autoría es erróneo, les ruego que me corrijan, pero aun sin esa seguridad, lo he encontrado tan interesante como para compartirlo con ustedes.
Un abrazo y hasta el lunes con uno de mis propios posts. Graciela.
Una efeméride de interés
Mañana 7 de enero se cumple un nuevo aniversario del descubrimiento, realizado por Galileo Galilei, de los cuatro satélites de Júpiter de mayor tamaño.
Como ya hay un post sobre Galileo, hoy vamos a actualizar un poco la información sobre los satélites en general y los de Júpiter en particular.
¿Cómo y cuándo se descubrieron esos «nuevos» satélites?
Si bien, según relatos medianamente informales, ya en el año 364 a.C., el astrónomo chino Gan De habría mencionado la presencia de una «luna» orbitando a Júpiter, el primer registro bien documentado fue de Galileo Glailei, quien ya en 1609 hizo algunas referencias de cuerpos satelitales acompañando a Júpiter. Sin embargo sus descripciones completas datan de 1610, atribuyéndose su publicación al 7 de enero de ese año.
Su descubrimiento fue realizado mediante la utilización de un telescopio de 30x, razón por la cual, sólo pudo establecer la presencia de los satélites de mayor tamaño, que luego fueron reunidos en el grupo precisamente conocido como Galileano, que comprende desde la menor a la mayor distancia del centro de Júpiter a: Ío, Europa, Ganímedes, y Calisto.
¿Cómo fueron denominados originalmente los satélites?
Galileo originalmente asignó a los cuatro satélites que registró, números romanos crecientes según se alejaban del planeta, y por muchos siglos algunos astrónomos conservaron esa tradición, coexistiendo con la que instauró Simon Marius, el astrónomo alemán que al reconocer a Galileo como autor del descubrimiento de los cuatro grandes satélites, les asignó también los nombres mitológicos que se siguen usando en la actualidad, pese a la evolución de la nomenclatura que veremos en seguida.
Al descubrirse el quinto satélite, el astrónomo y divulgador francés Camille Flammarion lo bautizó Amaltea, con lo que los nombres mitológicos se impusieron sobre la numeración romana. Esta tradición se conservó -hasta que apareció la nomenclatura normalizada- reservándose para los satélites de Júpiter los nombres de personajes de la mitología greco-romana que pueden relacionarse con Júpiter, o su equivalente griego, el dios Zeus.
¿Cómo evolucionó con el tiempo la nomenclatura de los satélites?
Fue en 1975, cuando la UAI (Unión Astronómica Internacional) ideó la denominación hoy vigente para cada nuevo descubrimiento de un satélite, y que paso a describir en seguida.
Ante cada nuevo satélite que se describe, automáticamente se genera una denominación alfanumérica de carácter provisional que luego es reemplazada por el nombre que para él se elige. Es interesante señalar que ambas designaciones pueden coexistir por muchísimo tiempo, simplemente porque la bibliografía suele acumularse muy velozmente mientras se discute la decisión de la UIA.
En todo caso, el procedimiento para generar el nombre provisional es:
En primer término se coloca una S mayúscula para indicar que se trata de un satélite, ya que son muchos los cuerpos celestes que se descubren a la luz de las nuevas tecnologías. Inmediatamente se coloca una barra y el año de descubrimiento, un espacio y la inicial del nombre del planeta al que orbita; y por último el número del orden en que se descubrió cada cuerpo en ese año. Así, por ejemplo, S/2017 J 1 corresponde al primer satélite de Júpiter que se descubrió en el año 2017.
Son una excepción los cuatro descubiertos por Galileo, ya que al ser descriptos simultáneamente, si se les quiere aplicar esta fórmula (lo que pocos hacen) deberían llevar en lugar del orden del descubrimiento el orden de distancia creciente respecto a Júpiter.
La propia UIA confiere también nombres propios, tal como les adelanté más arriba, y en el caso de las lunas de Júpiter, salvo Ganímedes que es un nombre masculino, son todos nombres de las figuras mitológicas femeninas que fueron amantes de Júpiter o tuvieron alguna otra relación con ese personaje.
Otro detalle de interés es que en los satélites exteriores a partir de Leda, se usa la convención según la cual se asignan nombres terminados en a, a los cuerpos que describen órbitas directas, es decir que se mueven en sentido antihorario si se observa el polo norte del planeta. Por el contrario, si sus órbitas son retrógradas, es decir que giran en el sentido opuesto, sus nombres terminan en e.
¿Cuántos son en definitiva los satélites de Júpiter que se conocen hasta hoy?
Pasaron un par de siglos desde el descubrimiento de Galileo hasta que en 1892, E. Barnard descubrió a Amaltea. Fueron los siglos XX y XXI los que agregaron más descubrimientos, por dos razones muy lógicas: por un lado el notable avance de los instrumentos ópticos, y por el otro, la posibilidad no despreciable de que la gran masa de Júpiter haya podido capturar en su campo gravitacional cuerpos que pasaban a cierta distancia.
Lo concreto es que hasta el presente se cuentan 95 satélites naturales en el conjunto joviano, que les he reunido en una tabla que ilustra el post.
¿Qué características tienen esos satélites?
Dada su enorme cantidad, es también muy grande su variabilidad, desde cuerpos con un diámetro de 5.262 km, como es el caso de Ganímedes, hasta pequeños viajeros como el S/2003 J 9, cuyo diámetro aproximado es de sólo 1 km.
Los astrónomos han agrupado las lunas por sectores con el nombre de uno de los satélites que los componen. Los del grupo Galileano son los de mayor tamaño, todos con más de 3.000 km de diámetro.
Como dije más arriba, no todas las lunas giran en el mismo sentido y sus órbitas son desde casi perfectamente circulares hasta extremadamente excéntricas, por lo cual tardan en completar su traslación alrededor del planeta tiempos tan breves como unas siete horas o tan prolongados como tres años terrestres.
Podemos hablar mucho más de algunas de estas lunas en futuros posts, tal vez de Ganímedes, ya que por su tamaño se encuentra en el top ten del Sistema Solar.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.