Sigue la tormenta
Ya la semana pasada los introduje en el libro Les Lames de Paul Andréota, y les prometí continuar esa parte de la historia hoy. He aquí esa continuación:
… En primer lugar, al llegar sobre Irlanda, las masas de aire polar habían encontrado ante ellas con gran alegría un vasto espacio totalemente despejado cuya pendiente les permitía cortar camino hacia el sur. Se precipitaron por allí con tal frenesí que, cuando desembocaron sobre Ouessant, ya habían adquirido una velocidad y una fuerza verdaderamente inusitadas.
Por otra parte, más abajo, al sur, el anticiclón no se había mantenido firme en su lugar. Había hinchado el lomo a lo largo de todo el paralelo 48 hasta las cercanías del Midi, y ahora estaba relajándose. Semejante a un monstruo prehistórico que se despereza para entregarse mejor al sueño, extendía una ráfaga perezosa que llegaba hasta los Alpes, que permitía formar en su seno un inmenso vacío aspirante.
Espero lo hayan disfrutado tanto como yo, porque la descripción es extraordinaria. Un abrazo y hasta el lunes. Graciela.