Entradas con la etiqueta ‘Cosmos’
Una novedad con suspenso
Ya saben ustedes (y si no lo saben, ahora se enteran y me mandan regalo, ;D) que el 4 de octubre es mi cumpleaños. Y vengo a enterarme de que justo para esa fecha Cold Play me hará un regalo (bueno, no a mí sola, sino al mundo entero) poniendo a la venta el nuevo disco, sobre la luna, como el nombre lo indica.
Por ahora es todo lo que sé, pero una vez que lo conozca, tal vez, y sólo tal vez, encuentre allí un yacimiento de ideas para futuros posts en la etiqueta Cosmos.
Bueno, si no es el caso, al menos este anuncio vale para un post recreativo de viernes, que si no se relaciona con nuestra ciencia por el lado del conocimiento del Sistema Solar, al menos lo hace a través del cumple de una geóloga, que casualmente vengo a ser yo.
Los invito a esperar juntos esta nueva producción y ver qué podemos sacar de ella.
Un abrazo y hasta el próximo lunes con un post bien científico. Graciela.
Una teoría alternativa que es interesante conocer
¿De qué teoría se trata y cuándo se presentó?
Como alternativa interesante, y sin ser una aportación para nada reciente, existe una teoría que es sustentada por algunos geólogos, y es rechazada por muchos más, pero que una vez depurada de algunas presunciones no demostradas, aporta la posibilidad de reflexionar sobre datos de interés que me parece apropiado conversar con ustedes. Esta teoría fue presentada para su difusión, por el Geólogo Juan Carlos Terraza en el VIII Congreso Geológico Argentino que tuvo lugar en San Luis en 1981.
La presento pues, añadiendo luego las objeciones del caso, y rescatando los núcleos que merecen su lugar en el conocimiento vigente
¿Qué se pretende explicar con esta teoría?
Se trata de una teoría cosmogónica, y como tal, su intención es dar una explicación para el origen del Sistema Solar. La aceptación creciente de la hipótesis nebular hace que deje de ser válida para ese objetivo, no obstante lo cual, hay algunos puntos que merecen ser tenidos en cuenta por estar bien probados. Por ende, no la consideraremos como una teoría cosmogónica, sino que tomaremos de ella sólo algunos postulados que caben en un rompecabezas diferente al que originalmente pretendía conformar.
¿Cuáles son los puntos centrales de la teoría?
La teoría tiene tres postulados centrales. En primer lugar, se asume que todos los planetas se originaron en el sol, el cual los habría ido expulsando en ciclos sucesivos de máxima actividad. Si se toma en cuenta que de toda la masa del sistema, el 99% corresponde al sol, y el resto sólo suma alrededor de un 1%, no parece tan exagerado suponer esas expulsiones de materia al espacio, las cuales, además, habrían ocurrido a lo largo de millones de años. Si cada emisión de materia implica la creación de un planeta, es de esperar que éstos tengan edades decrecientes desde el más alejado (que se separó primero) hasta el más central, que correspondería al último de los desprendimientos hasta hoy acontecidos.
Asumido este punto, puede avanzarse hacia el segundo postulado: si el Sol está perdiendo masa, es obvio que su campo gravitacional disminuye, con lo cual, los planetas tienden a alejarse de él. Esto implica que los cuerpos fueron ocupando progresivamente lugares más distantes, lo que se relaciona con el punto anterior, pero además tiene otras connotaciones.
En efecto, según la Tercera Ley de Kepler, al hacerse las órbitas de los planetas más extensas, tienden a rotar con menos velocidad, y la duración del año, lógicamente se prolonga también; lo cual veremos en seguida que tiene demostración concreta.
El tercer postulado, indica que la propia Tierra se habría expandido como resultado de la pérdida de masa del Sol, con lo cual las atracciones gravitatorias externas e internas habrían debido alcanzar una nueva posición de equilibrio, que según esta teoría conduce a ese aumento del volumen planetario. Es en esencia la teoría de la expansión de la Tierra, de la que ya hemos hablado en otro post y cuyas objeciones hemos presentado allí, de modo que les aconsejo ir a leerlas ahora mismo.
¿Hay algunas pruebas de esas ideas? ¿Hay también objeciones a esas pruebas?
Para el primer postulado, algunas muestras obtenidas por sondas de diversas misiones espaciales han llegado a determinar composiciones y temperaturas que serían compatibles con los distintos grados de evolución que según esta teoría deberían tener los planetas, de haberse desprendido en diversos pulsos solares.
No obstante, puede señalarse que en la teoría nebular, el solo hecho de ocurrir las condensaciones a distintas distancias de la fuente de calor, podrían redundar en distintos tiempos de solidificación, y el resultado sería el mismo.
Para el segundo postulado, la prueba surge de los anillos de crecimiento de los corales, que según se sabe se producen según núcleos anuales que a su vez pueden dividirse en unidades diarias. Ese conteo arroja la información de que hace unos 400 Ma, los años habrían tenido una duración de doscientos días. Esto es compatible con una órbita más corta, es decir que podría haber estado la Tierra más próxima al Sol. Esto podría resultar también de días mucho más largos, pero eso es contrario a la expresión de la Tercera ley que consigné más arriba.
Respecto al tercer postulado, se relaciona con la Teoría de la expansión de la Tierra, de la que ya hemos hablado en profundidad en el post que les recomiendo ir a leer.
¿Qué se rechaza y qué se rescata de ella?
Si bien los tres postulados pueden jugar algún papel en la historia de la Tierra, no alcanzan a superar las comprobaciones de la teoría nebular, ni resultan incompatibles con ella, cuando se los toma como simples partes de un cuadro mucho mayor y mejor estructurado.
En otras palabras, si bien esos hechos no se desmienten, no se entienden en conjunto como una teoría cosmogónica, ya que esencialmente la pérdida de masa solar no alcanza para explicar toda la materia constituyente del Sistema, como sí lo hace una nebulosa preexistente.
Hay hechos probados, pero se interpretan de otra manera. Es como si, por ejemplo, mi actividad literaria, demostrable y demostrada fuera entendida como la explicación de mi carrera profesional geológica. Ése sería un error, ya que si bien ambas actividades coexisten, no es ninguna de ellas consecuencia de la otra. El Sistema Solar presenta estas características, pero no es el resultado de ellas.
No obstante, hay cosas muy interesantes. Por ejemplo, si se piensa en esa secuencia de edades de los planetas, mirar hacia Venus (teóricamente más joven) nos daría pistas sobre el pasado de la Tierra; mientras que observar a Marte nos permitiría atisbar en el futuro. Todo es pues útil, aunque siempre se deba cuestionar cada teoría, sin tomarla como una doctrina o un dogma.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
45th COSPAR Scientific Assembly and Associated Events
45th COSPAR Scientific Assembly and Associated Events
13 Jul 2024 – 21 Jul 2024
• Busan, South Korea
Organizer: COMMITTEE ON SPACE RESEARCH (COSPAR)
Event website: https://www.cospar2024.org/
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Habitability: The Astrophysical, Atmospheric and Geophysical Implications
Habitability: The Astrophysical, Atmospheric and Geophysical Implications
21 May 2024 – 14 Jun 2024
• Garching, Germany
Organizer: MIAPbP – Munich Institute for Astro-, Particle and BioPhysics an institute of the Excellence Cluster ORIGINS
Abstract: It is widely accepted that habitability and the capability of a planet to maintain its habitable conditions are deeply interwoven with its chemical composition and physical properties such as its atmospheric and geological/geophysical characteristics, orbital motion, dynamics, and its interactions with its host star. How these interactions originate and how they enable the planet to maintain its habitability are complex questions that can only be answered through collaborations between scientists of their respective fields. This workshop aims to bring together scientists from the fields of stellar astrophysics, planetary science, planetary dynamics, geology, and geophysics to discuss fundamental questions regarding the formation, characterization, and detection of habitable planets.
The goal is to facilitate interactions among participants through lectures, presentations and discussion sessions as well as to provide them with ample time to initiate collaborations and carry out their independent research.
Workshop is open to scientists of all levels, in particular junior and early-career researchers.
Event website https://www.munich-iapbp.de/habitability
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La primera astrónoma de la historia: Cecilia Payne-Gaposchkin
Si bien la Astronomía no es parte integrante de la Geología, es una ciencia que los geólogos no podemos ignorar porque la Tierra, que es nuestro objeto material de estudio, forma parte de ese cosmos acerca del cual es imprescindible conocer al menos los fundamentos, y de una manera sólida. Por ello, es que he elegido hoy este homenaje a la primera mujer que se reconoce mundialemnte como astrónoma en la historia de la ciencia.
¿Por qué se reconoce a Cecilia Payne -Gaposchkin como la primera astrónoma de la historia?
Porque su vida se desarrolló en una época en que las puertas de la ciencia no estaban del todo abiertas para las mujeres, a quienes muchas veces se consideraba como excelentes ayudantes por su dedicación, minuciosidad y prolijidad; pero a las que muy difícilmente se les permitía ejercer roles de mayor protagonismo.
Cuando se produjo su reconocimiento ya el Observatorio de la Universidad de Harvard desde hacía décadas contaba con esas mujeres que aun dedicando su vida al estudio de las estrellas, y teniendo estudios cursados, no alcanzaban el cargo que realmente merecían. Entre las pioneras podemos mencionar a Annie Jump Cannon, Williamina Fleming, Antonia Maury y Henrietta Leavitt, que en los corrillos universitarios eran conocidas como «el harén de Pickering», ya que era éste quien las seleccionaba y contrataba.
A ese selecto grupo pertenecía Cecilia, y se abocó desde 1923 a realizar su tesis doctoral, tarea en la que la había precedido un año antes Adelaide Ames. Al terminar su tesis doctoral titulada “Atmósferas estelares, una contribución al estudio de observación de las altas temperaturas en las capas inversoras de las estrellas”, en 1925, su talento no pudo menos que ser finalmente reconocido, según veremos más abajo.
¿Qué se sabe de su vida?
Cecilia Helena Payne nació el 10 de mayo en 1900 en Inglaterra, en la ciudad de Wendover. Sus padres eran Edward John Payne, abogado, músico e historiador, que falleció cuando Cecilia contaba apenas con cuatro años de edad; y Emma Leonora Pertz, quien fiel a su educación prusiana procuró para sus tres hijos, la mejor educación posible.
Cecilia en particular estudió en el Saint Paul’s Girls School y a los diecinueve años ganó una beca para proseguir sus estudios en el Newnham College, que dependía de la Universidad de Cambridge. Por ese entonces – y hasta 1948- las mujeres que estudiaban allí no podían acceder oficialmente a un título, pese a lo cual, ella terminó su formación en Botánica, Física y Química.
Sin embargo, su verdadera y definitiva vocación fue despertada por una conferencia del astrofísico Arthur Eddington, lo que le hizo pensar que en Inglaterra sólo podía aspirar a ser profesora en algún colegio femenino, y eso no se correspondía con su sueño de ser investigadora. Fue por ese motivo que en 1923 se marchó a los Estados Unidos donde las mujeres comenzaban a abrir un camino algo menos limitado, aunque en roles todavía subalternos.
Su traslado fue auspiciado por un programa de Harlow Shapley, y como ya dije más arriba, allí presentó su tesis que algunos científicos de ese tiempo consideraron como la tesis doctoral más brillante sobre astronomía. En ella, Cecilia estableció que las estrellas estaban formadas en un amplio porcentaje por hidrógeno, elemento que empezó a mencionarse como el más abundante de todo el universo. En parte por ese prestigio, ya en 1931 recibió la nacionalidad norteamericana, y dos años después, en un viaje por Europa conoció al astrofísico ruso Sergei I. Gaposchkin, con quien habría de casarse en 1934 y con quien tuvo tres hijos. Cecilia no siguió la tradición norteamericana de asumir el apellido del marido en lugar del propio sino que conservó el suyo y le adicionó el de su cónyuge y desde entonces pasaría a llamarse Cecilia Payne-Gaposchkin.
Fue recién en 1938 que se la reconoció oficialmente en Harvard como astrónoma titulada. En 1956 fue nombrada profesora titular en la Facultad de Artes y Ciencias, para ser poco después responsable de la Cátedra del Departamento de Astronomía, que fue por primera vez dirigida por una mujer.
En 1966 se jubiló de la enseñanza pero continuó trabajando como investigadora del Observatorio Astrofísico Smithsonian. Falleció el 7 de diciembre de 1979, en Massachussets, después de acumular logros que nada tenían que ver con una «ley de cupos», sino solamente con su capacidad, esfuerzo y talento.
¿Cuáles fueron sus principales contribuciones científicas?
Ya en su tesis, mencionada más arriba, y cuyo título original en inglés era «Stellar Atmospheres: a contribution to the observational study of high temperature in the reversing layers of the stars», marcó un hito al señalar la composición estelar dominantemente de hidrógeno y helio, lo que contradecía la opinión reinante en esa época según la cual, las estrellas no diferían de la Tierra en su composición.
Para establecer sus conclusiones, Cecilia utilizó la ecuación de ionización del físico indio Megnad Saha, que también orbitaba algo alejado del centro de los investigadores más reconocidos, en buena medida por su nacionalidad.
Además de esa tesis que contribuyó a cambiar todo un paradigma, escribió varios libros tales como: The stars of high luminosity; Variable stars; Variable stars and galactic structure, y The galactic novae, de 1957.
¿Qué premios y homenajes se le dedicaron?
A lo largo de su carrera científica obtuvo numerosos y merecidos reconocimientos, tales como el premio Henry Norris Russell, Prize de la American Astronomical Society, recibido en 1976.
Por otra parte, el Asteroide 2039 recibió el nombre de Payne-Gaposchkin.
Pero también cabe mencionar que todavía siendo estudiante, en 1923, su brillante desempeño le valió ser elegida miembro de la Royal Astronomical Society, y más adelante formó parte de otras numerosas y prestigiosas asociaciones entre las que cabe mencionar la American Astronomical Society (1924), y la American Philosophical Society (1936), la American Academy of Arts and Sciences (1943).
Recibió el premio Annie Jump Cannon, del que fue la primera ganadora en 1934, el Premio al mérito del Radcliffe College en 1952, y la Rittenhouse Medal, del Franklin Institute en 1961.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela. P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.