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Más sitios a conocer: la Cordillera de los Andes

Otra vez veremos uno de los sitios que vale la pena visitar, y que por suerte, al menos en parte he podido conocer.

Hoy daremos un pantallazo sobre algunas de las generalidades de la imponente Cordillera de Los Andes.

¿A qué se debe el nombre de esta cordillera?

Según el consenso de la mayoría de los lingüistas, la palabra Andes tiene su origen en el quechua, idioma de los pueblos originarios de la zona al oeste de las montañas, quienen usaban la palabra «anti», para designar la dirección por donde asoma el sol al amanecer. Sería el equivalente de nuestra palabra oriente.

Su deformación por los conquistadores generó el nuevo término Andes con que hoy se conoce la cadena montañosa.

¿Dónde se localiza la Cordillera de Los Andes?

La Cordillera de los Andes, constituye uno de los sistemas montañosos más extendidos del planeta, y la más larga de las continentales. Acompaña el borde occidental o pacíico de América del Sud, conectándose por el norte con el sistema Caribe- que comienza en la latitud de Venezuela y ostenta una dirección aproximadamente este-oeste- y por el sur con el arco conformado desde Tierra del Fuego hasta la Tierra de Graham.

¿Cómo se la divide de norte a sur?

Clásicamente se la suele dividir en tres sectores:

  • Andes del norte o septentrionales: Comprende la zona entre su extremo norte hasta los 4° de latitud Sur, es decir hasta el golfo de Guayaquil en Ecuador. Corresponde a los Andes venezolanos, colombianos y ecuatorianos. Son el clásico resultado de los fenómenos en la zona de contacto entre las placas tectónicas de Nazca, Caribe y Sudamérica, modificados en parte por elementos menores, como la placa de Cocos. Tanto en esta porción como en la de los Andes del sur, el ancho no supera los 150 km, y la altura no va más allá de los 2.500 metros.
  • Andes centrales: Es la porción más larga, ya que se extiende entre el golfo de Guayaquil y los 46º 30′ de latitud Sur, aproximadamente donde se sitúa el golfo de Penas en Chile. Abarca los Andes peruanos, bolivianos y gran parte de los argentino-chilenos, inluyendo provincias geológicas tan importantes como el Altiplano y la Puna. Por su longitud, hay bibliografía en la que los Andes centrales son subdivididos a su vez, en tres sectores, denominados norte, centro y sur. Se trata de la porción con el mayor ancho promedio (800 km), y las mayores alturas, incluyendo el pico más alto de la Cordillera, es decir el Aconcagua con aproximadamente 7.040 msnm.
  • Andes del sur o australes: Son los tramos cordilleranos al sur del golfo de Penas, donde se encuentran en contacto las placas Sudamericana, de Nazca y Antártica.

¿Cuáles son los rasgos dominantes de toda la Cordillera?

Su longitud ronda los 8.500 km, y su superficie es de alrededor de 2.870.000 km². La elevación y la topografía le permiten servir de límite natural entre países como Argentina y Chile, y la constituyen en la segunda en altura del planeta sólo por debajo de las cumbres del Himalaya. Es una zona muy activa tanto sísmica como volcánicamente, en consonancia con su origen en los contactos entre placas.

Su orientación dominante es casi norte-sur, salvo en sus extremos. Ya dijimos que al norte se aleja de la costa para constituir otra unidad; y en el sur, se curva y toma dirección este-oeste hasta sumergirse en el océano Atlántico, al este de la isla de los Estados.

¿Qué cadenas componen los Andes Centrales?

Debido a que en definitiva yo vivo en Argentina, y es la zona cordillerana que mejor conozco, voy a referirme un poco más extensamente a esta porción central de los Andes.

La ocurrencia de ciertos hundimientos hacia finales del Terciario y comienzos del Cuaternario, generó una serie de depresiones submeridionales que hacen posible dividir transversalmente a los Andes Centrales en al menos tres sectores que de Este a Oeste se conocen como:

  • Cordillera Costanera o Costera, que bordea el Pacífico en Chile.
  • Cordillera Principal, que en el límite entre Chile y Argentina presenta las alturas máximas, que rondan los 6.000 m hacia el norte- donde se inscribe el Aconcagua- y 3.000 m de promedio hacia el Sur.
  • Cordillera Frontal, que solamente aparece hacia el Norte de San Rafael, y con alturas medias de 5.000 msnm.
  • Precordillera, se reconoce desde Mendoza hacia el norte, con promedios de altura de 4.000 msnm.

¿Podemos intentar definir una historia evolutiva para los Andes Centrales?

Un esquema simplificado de los acontecimientos geológicos que habrín dado lugar a la formación de los Andes centrales, incluiría al menos tres estadios principales, siempre con el marco de la tectónica de placas, que desde el más antiguo al más moderno, se resumen así.

  • Durante un intervalo mesozoico, se desarrollaron series sedimentarias propiamente dichas en el flanco argentino, y potentes depósitos vulcano-sedimentarios del lado chileno. Hubo intrusiones graníticas de edad cretácico superior hacia el oeste, sometidas a compresión relativamente intensa, que determinaron un cabalgamiento de las deformaciones del lado chileno sobre las más orientales, las que fueron a su vez sometidas a plegamiento.
  • Durante los tiempos correspondientes al eoceno, oligoceno y mioceno, hubo intensa deformación que generó pliegues de gran radio de curvatura y juegos de fallas inversas. Se generó también vulcanismo andesítico y emplazamiento de granodioritas.
  • En el intervalo plio-cuaternario, se acumularon espesas series terrígenas en las cuencas falladas, que fueron afectadas por una fuerte tectónica de extensión, con importantes derramamientos basálticos. Tanto el vulcanismo actual como la sismicidad se relacionan con estos sucesos.

En la actualidad, el vulcanismo, la sismicidad y los agentes de erosión, meteorización y remoción en masa, se conjugan para seguir modelando el paisaje.

¿Qué puede agregarse sobre el tema?

Las razones para visitar estas montañas son más que variadas: desde reconocer paisajes labrados por el hielo, hasta disfrutar lugares en los que la Naturaleza muestra su magnificencia y visualizar volcanes activos, o recorrer tal vez zonas afectadas por fenómenos como avalanchas o deslizamientos, etc. Por otra parte, muchos de los principales depósitos de minerales metálicos sudamericanos se encuentran a lo largo de la Cordillera de los Andes, y también vale la pena visitarlos.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

 

Carlos Rincón canta «Minero»

Este tema de buscar material para ustedes me reditúa placeres inesperados, como haber conocido esta versión excelente del cantante peruano Carlos Rincón, de la canción «Minero». Ojalá les guste tanto como a mí.

Los escotes que causan terremotos (y otras mentiras «piadosas» de las religiones)

moda siglo XVIIIEste post inaugura una nueva categoría, emparentada con dos ya existentes, pero diferente de ambas.

En efecto, en Geología y Mitos Populares reúno material que tiene un origen incierto pero es o fue pensamiento dominante en algunas culturas del presente y del pasado (como la leyenda del Señor de los temblores).

En Geología y Mitología, están las explicaciones geológicas de algunas creencias que tuvieron peso históricamente y que implicaban una estructura sistematizada y orgánica en pueblos de importante legado cultural (por ejemplo el Vellocino de oro).

Esta etiqueta que inicio hoy, implica en cambio la relación entre la ciencia geológica y las religiones aún vigentes en el mundo.

Por supuesto en su gran mayoría son anécdotas históricas que hoy sólo nos hacen sonreír… aunque no siempre sea ése el caso, como verán en este mismo post.

Y paso a relatar un par de ejemplos muy similares entre sí:

El día 28 de octubre de 1746, a las diez y media de la noche, un terremoto de gran magnitud y su consecuente tsunami, destruyeron tanto la ciudad de Lima como el puerto de El Callao.

La duración del sismo fue de tres o cuatro minutos, contados en el rudimentario modo que era habitual en la época, es decir, el tiempo aproximado que se demoraba en rezar tres credos.

Según las crónicas de ese tiempo, el maremoto se produjo una media hora más tarde.

La Iglesia Católica salió entonces a la palestra a explicar que la catástrofe se debía a la impiedad de los limeños, y éstos, ni lerdos ni perezosos se arrepintieron rápidamente de sus pecados y se volcaron masivamente a las iglesias y procesiones apresuradamente convocadas.

Las cuatro causas que invocó la Iglesia en su momento para explicar la génesis del sismo fueron:

1. la injusticia con los pobres;
2. la codicia y la usura;
3. la lujuria;
4. la vanidad de las mujeres con sus escandalosos vestidos.

Lo más gracioso del caso es que lo único que la autoridad eclesiástica atacó de modo efectivo, fue precisamente lo más inocente, es decir el cuarto punto.

Y así fue que tres meses más tarde, cuando ya la vida volvía a su ritmo normal, el Cabildo Eclesiástico dispuso que todas las mujeres usasen prendas de vestir que las cubrieran hasta los pies, y con mangas que debían llegar hasta las muñecas.

Una muestra de lo «altamente impúdicos» que eran los trajes en la época de la Colonia puede observarse en la foto que ilustra el post, y que fue tomada en una de las añoradas Misiones Viandantes, en una sala del Museo Histórico Provincial de Santa Fe Brigadier Estanislao López.

Ahora bien, como ya les adelanté, hoy en otras religiones, el tiempo parece haberse detenido, y para demostrarlo, tenemos la reacción de la alta jerarquía religiosa iraní, personificada en el Hojatoleslam Kazem Sedighi, quien según la prensa de ese país aseguró en este mes de abril de 2010, que:

«Many women who do not dress modestly … lead young men astray, corrupt their chastity and spread adultery in society, which (consequently) increases earthquakes,» [Muchas mujeres que no se visten con modestia…. hacen que los hombres jóvenes se descarríen, corrompen su castidad y diseminan el adulterio en la sociedad, lo cual (consecuentemente) aumenta los terremotos»]

Esto sería divertido si no fuera además de absurdo, perverso. Porque vean ustedes cómo los hombres son «conducidos al pecado» por las mujeres ¿Qué pasa con ellos, no tienen libre albedrío? ¿No pueden elegir por sí mismos cometer o no los adulterios?

Bueno, pero dejando esta protesta debidamente asentada, volvamos a lo nuestro: la Geología en su relación con las religiones.

Y hay aquí una interesante consecuencia, que perdura sutilmente en nuestros días, aun en países que han dejado atrás el discurso religioso fundamentalista.

¿Cuál es esa secuela?

Pues la han visto en este mismo blog, donde en algunos comentarios se ha pretendido «responsabilizar» a los experimentos humanos de las grandes manifestaciones de la dinámica terrestre.

Todavía, de manera muy subliminal se sigue pensando en un universo regido por acciones humanas y reacciones, si no ya de los dioses, en todo caso de una Naturaleza vengativa y violenta, que responde con furia a los mínimos cambios que el hombre puede introducir en sistemas de una magnitud y una complejidad tal que lo pondrían en su muy modestísimo sitio, si no siguiera creyéndose el centro de la creación.

Algo de la información original relativa a la reacción eclesiástica la he tomado de la publicación:

Scarlett O’Phelan Godoy. 2007 La moda francesa y el terremoto de Lima de 1746
Bulletin de l’ institut Franςais d’ etudes Andines / 2007, 36 (1): 19-38 IFEA

Espero que este post les haya parecido tan interesante como entretenido me resultó a mí redactarlo, una vez más a instancias de Dayana, que me tiró la primera punta de la información histórica.

Un abrazo, y nos vemos el miércoles. Graciela.

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La trágica avalancha en Aguascalientes, Perú.

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Cuando leí sobre los luctuosos acontecimientos en Perú, casi al pie del Machu Pichu, pensé que habría mil posts explicando el fenómeno, y casi desistí de sumarme al coro, pero para mi sorpresa, la información no ha rozado casi los costados geológicos de la tragedia, de modo que aquí me lanzo con el primero de los posts que se relacionarán de alguna manera con el tema.

Y deberán ser necesariamente muchos los temas a analizar, y por lo tanto, las veces que volvamos sobre el asunto.

¿Qué fue lo que sucedió en Perú?

Me parece que puedo comenzar hoy explicando qué es este proceso que ha tenido lugar, acomodándolo en el contexto del complejo sistema que es la geología.

Habrá luego que hablar sobre los factores que inciden en este fenómeno, y seguramente analizar también por qué y cómo se conjugaron ellos en este momento y lugar en especial.

Demasiado denso para un solo post de un blog que pretende ser de fácil lectura, por lo cual, repito, iré desgranando los diversos aspectos involucrados de manera progresiva y sencilla, si es posible.

Hoy, entonces, veamos qué fenómeno es éste.

Si pasean por el blog, verán en uno de los posts relativos a los objetos de estudio de la geología, que dentro de la dinámica exógena, hay básicamente dos ciclos: gliptogénesis y litogénesis.

imagen1remo

En el primero de ellos coexisten tres grupos de manifestaciones, a saber: la meteorización, la erosión y la remoción en masa.

Les debo las definiciones de los dos primeros, pero ahora debemos centralizar el enfoque en la remoción en masa, porque de eso se trata una avalancha o alud, como se lo llama vulgarmente.

En general, la remoción en masa es una transferencia de energía desde zonas de alto potencial hacia zonas de bajo potencial, lo cual se realiza a través de un transporte de materia a favor de la gravedad.

Esto se entiende fácilmente si uno imagina que levanta una valija, por ejemplo, hasta el portaequipajes de un avión. Podría ser levantar el bebé desde el piso hasta la cuna o subir un gato a un árbol, lo importante es el movimiento involucrado, no se dejen confundir por otra cosa.

Cuando lo hace, invierte un trabajo, y la energía del mismo se acumula como potencia (físicamente ,potencia es capacidad de producir trabajo), y vale decir que allí arriba la situación es de alto potencial, lo cual siempre genera algún grado de inestabilidad.

Si luego se deja caer cualquiera de los objetos del ejemplo (tengan cuidado con el bebé, por favor) la potencia acumulada se libera en la caída.

Es decir, estamos como siempre ante intercambios de energía que en este caso se manifiestan como movimientos o transportes de materia.

Cuando el vehículo de transporte es agua en cualquiera de sus formas, o viento, el proceso es de erosión, pero cuando el agente que produce la movilización no es ninguno de ellos, sino la fuerza de la gravedad, entonces estamos ante la remoción en masa, o como también puede decirse, son «movimientos coluviales»

El agua puede estar presente en cantidades variables, pero es en todo caso un factor disparador, no un agente de transporte, o al menos, no lo es en el origen.

A lo largo del recorrido, puede ir aumentando el contenido de agua y pasar a ser una forma de erosión hídrica, con todas las alternativas transicionales entre ambas.

¿Hay otras formas de remoción en masa?

El cuadro que les incluyo implica las formas comunes de remoción en masa. Como pueden observar, si las vertientes o pendientes son de roca masiva, los fenómenos que ocurren son de una clase y si se trata de sedimentos desagregados, son de otra.

Este cuadrito, será analizado en detalle en posteriores posts, hoy lo que nos importa es saber que lo acontecido en Aguascalientes es una corriente de barro, que tiene lugar sobre vertientes de sedimentos sueltos, y que básicamente tiene lugar cuando en pendientes inestables (recuerden que son zonas de alto potencial) el agua de lluvia se infiltra en el material, aumentando su peso de manera que ese equilibrio inestable se rompe y la gravedad actúa en toda su magnitud.

La ruptura del equilibrio ocurre cuando el peso del material así empapado supera la resistencia que oponen la rugosidad del terreno y la cohesión del material.

Por otra parte cuando la presión del agua intersticial en los poros supera la fricción interna del sedimento, se dice que éste ha alcanzado su límite plástico primero y líquido después, actuando como un cuerpo en deformación viscosa o como una verdadera corriente líquida, respectivamente.

Tanto el límite plástico como el líquido se miden en función de la cantidad de agua que puede un material poroso contener antes de comenzar a variar su comportamiento según lo ya mencionado más arriba.

La velocidad que alcance el desplazamiento depende de numerosos factores, pero suele ser de decenas de metros por minuto, y eso le da capacidad de arrasar con cuanto encuentra a su paso.

En algún momento dado, como ya dije, puede ser un flujo cada vez menos denso por la suma de agua al sistema, hasta llegar a moverse como una corriente fluvial y erosionar como una inundación corriente.

En este caso, los factores involucrados tienen que ver con la presencia de El Niño, con sus aumentadas precipitaciones, las pendientes involucradas, el tipo de material, las vibraciones de los recientes terremotos en placas adyacentes, y hasta algunos cambios culturales en el uso de la tierra.

Pero todos son temas merecedores de sucesivos posts, y bueno sería que vayan recordando los temas de complejidad y teoría de sistemas, que son aquí bien pertinentes y cuyos links les puse más arriba.

A los responsables y trabajadores de medios de comunicación que estén interesados en informarse para realizar notas sobre desastres naturales, los invito a visitar el post que escribí sobre Geología para periodistas y comunicadores.

En la foto, me ven en la empinada callecita principal de Aguascalientes, un pueblo de gran belleza y pintoresquismo, que lamentablemente hoy sufrió las consecuencias de la indomable fuerza de los elementos naturales.

Recuerden que este tema no está agotado ni muchísimo menos, ya volveremos sobre él.

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Leyenda del Señor de los Temblores en Perú – El mito y la geología

350px-cathc3a9drale_de_cuzco_dc3a9cembre_2007_-_vue_de_faceEn un reciente viaje a Perú, y visitando monumentos históricos, tomé contacto con esta creencia popular, que aunque me valga una lapidación pública, no puedo menos que analizar desde la Geología de manera desapasionada.

¿De qué se trata esta leyenda?

Existe en Cuzco una gran devoción por el Señor de los Temblores, llamado también Taytacha Temblores (Tayta: «padre, señor»; -acha: diminutivo), que es por otra parte, el Patrón Jurado del Cuzco, y que hace alusión a una efigie de Cristo, tallada en madera oscurecida por el humo de las velas, propias de la devoción religiosa.

Me explicaron también que cada Lunes Santo tiene lugar una importante procesión por la ciudad, y si bien yo no he tenido la oportunidad de observarla, me cuentan que desde los balcones de las casas, muy ornamentados para la ocasión, se arrojan pétalos de äucchu, una flor silvestre que crece en el lugar.

Ahora sí veamos el por qué de tan generalizada admiración por la imagen.

A finales del mes de marzo de 1650 un terremoto asoló la ciudad, y en el medio del pánico y la destrucción reinante, alguien decidió acudir a la fe religiosa, y se sacó en procesión ese Cristo negro, que no tenía hasta entonces la convocatoria que hoy tiene.

Cuentan, que al salir en andas, el movimiento telúrico cesó al instante.

Más tarde fue colocado en la puerta de la Catedral para proteger a la ciudad de las posteriores réplicas del sismo, que ya no fueron igualmente catastróficas.

Y ahora sí, permítanme desilusionar un poco a los creyentes.

Punto 1, los sismos, son por definición, liberaciones de energía, bruscas y repentinas, pero breves. Vale decir, entonces, que en el tiempo que llevó sacar la efigie y organizar la procesión, el sismo habría cesado de todos modos, así hubieran sacado a pasear al monaguillo.

Es sencillamente lo habitual en un terremoto, más de dos o tres minutos no dura el movimiento principal. Es más, casi siempre es de apenas segundos.

Punto 2, las réplicas también según este mito popular fueron menos catastróficas por la mediación del señor de los Temblores, y sin embargo cabe acotar, que también es normal que las réplicas sean de menor magnitud, porque ya hubo una liberación previa de la energía acumulada, lo que hace que ésta se haya disipado en parte.

Punto 3. Sé que van a saltarme a la yugular, diciéndome que muchas veces las réplicas provocan tantos o más daños que el terremoto principal.

Pues acá debo acotar que en ese caso se conjugan dos cosas: la reactivación de daños estructurales ya preparados en el primer temblor, y la situación generalmente precaria de gente sin refugio, mal preparada y en situación de pánico.

Por último les recuerdo, que como señalé al presentar el concepto de catástrofe, su medición no es objetiva, y el concepto mismo es muy antropocéntrico.

Este post inaugura la etiqueta Geología y mitos populares, pero estoy también preparando posts de un tema parecido, bajo otra etiqueta que será Geología y Mitología, en la que haré alusión a las creencias menos espontáneas, que implican acervos culturales muy elaborados, como los de los griegos o los romanos, por ejemplo.

Los espero el miércoles, y disfruten hasta entonces, tanto como la Geología les permita. Un abrazo, Graciela

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