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Geología en la literatura

Hoy voy a presentarles un texto extraído de la novela «Las olas» de Paul Andréota, en que describe una tormenta en alta mar de manera magistral.

Pero veamos antes quién es Paul Andréota. Se trata de un novelista francés, nacido el 11 de diciembre de 1917 en La Rochelle, y fallecido el 14 de noviembre de 2007en la misma ciudad francesa.

Fue también conocido con el seudónimo de Paul Vance, que utilizó sobre todo como guionista de películas y series televisivas. Entre sus libros se cuentan: Zigzags, Le Scénario, Schizo: Kriminalroman, y además de muchos otros, Les Lames, que en realidad significa los filos, o las cuchillas, pero que se tradujo al español como Las olas.

En ese libro describe un viaje dramático de una pareja en vías de divorciarse y se embarca en una última aventura juntos. No quiero contarles más, sólo les presento un aperitivo para que luego vayan a buscar el libro- editado por primera vez en 1974- si les atrapa lo bastante.

Ahora vamos al texto:

…Todo había empezado siete horas antes, a unos 1.550 kilómetros de distancia, y a 9.000 metros de altura, allí donde las heladas masas de aire polar, en su carrera desesperada hacia latitudes más clementes, no cesaban de trepar y bajar por inmensas pendientes invisibles.

Porque al igual que la tierra y el fondo del mar, el cielo también tiene relieve: valles, colinas, gargantas; tiene cadenas montañosas, desfiladeros, llanuras y pantanos y toda esta topografía, creada por las variaciones de la presión atmosférica, está siempre en movimiento.

El viento frío de las altas cumbres desciende precipitándose por los lugares más inverosímiles, bordeando obstáculos, desgarrándose contra los picos dentados, lanzándose en distintas direcciones, haciéndose cada vez más inestable a medida que se va acercando al calor tan deseado.

Sin embargo en su camino se levanta un obstáculo que no puede ni evitar ni vencer. Otras masas de aire llegadas de cálidas latitudes, pesadas, saturadas de humedad, estables y graves, se han reunido a su vez como un ejército silencioso y no violento, encima de las islas Azores. Lejos de contraatacar a ese salteador exasperado, lo acogen, lo calman, lo van templando poco a poco en su seno, y terminan por formar un todo con él. Debido a esto durante el verano, la mayor parte del tiempo, una gran paz reina sobre esas regiones, semejantes a la sonrisa de un poderoso dios, que resplandece a mil kilómetros de distancia.

Ahora bien, esa mañana del 26 de junio, las cosas no habían ocurrido exactamente así…

Como ya les he copiado un texto bastante largo, y como tal vez se les haya despertado curiosidad, la continuación de esta parte de la novela, en que los elementos del clima son personificados tan magistralmente, será subida el próximo viernes sin falta.

Los espero por entonces. Un abrazo. Graciela.

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El desierto de Sonora, Arizona.

Imagen1sonoraComo les prometí en su momento, lentamente iremos hablando de los lugares en el mundo que vale la pena conocer, sobre todo para un geólogo.

Hoy he elegido el estado de Arizona, en Estados Unidos, y dentro de él, un rasgo específico: su desierto de Sonora.

¿Dónde se localiza el desierto de Sonora?

El desierto de Sonora, cuyo nombre en inglés es Sonoran Desert, se encuentra en América del Norte, y se extiende entre Estados Unidos  de América y México, con una superficie aproximada de unos 311.000 km². En Estados Unidos ocupa una amplia región de los estados de Arizona y California; mientras que en México se sitúa en el estado de Sonora, por el cual se lo ha denominado.

Esta región desértica también tiene que ver con el nombre del estado de Arizona, que según algunos historiadores habría sido acuñado por los pobladores españoles que llamaban al territorio «zona árida» (arid zone en inglés), y más tarde lo habrían deformado a la forma actual.

Hay también otras teorías, entre ellas, la que afirma que el nombre provendría del idioma vasco, en el cual Haritz Ona significa «Buen Roble», tipo de árbol muy abundante en ese espacio natural. Como quiera que sea, Arizona comenzó a pertenecer a los Estados Unidos recién en 1912, y a partir de allí progresó a partir de la construcción de presas y de sistemas de irrigación, que permiteron paliar la natural aridez.

¿Qué características tiene el desierto de Sonora?

El desierto de Sonora está lejos de presentar un paisaje homogéneo, lo cual ha permitido su subdivisión en diversas ecorregiones, como son el Valle del Bajo Colorado, las Tierras Altas de Arizona, la Llanura Sonorense, las Estribaciones de Sonora, y la Costa del Golfo Central. Algunos autores incluyen también las regiones de El Vizcaíno y La Magdalena, aunque muchos otros las consideran ajenas al Desierto de Sonora.

Estas divisiones responden al hecho de que tanto los estilos de depositación, como la preservación, y exposición desde el Plioceno al Holoceno, presentan amplias variaciones, además de los cambios en las comunidadades bióticas.

No obstante, puede generalizarse que el Desierto de Sonora presenta amplias extensiones de materiales aluviales, y acumulaciones locales de arena eólica, en amplias cuencas intermontanas, con escasa disección. Pueden encontrarse también algunos afloramientos basálticos.

Respecto a los elementos típicamente desérticos, se cuenta como el más importante, al Mar de Arena (Sand-Sea), que cubre un área aproximada de 5.500 km², con su centro alrededor de los 32° de latitud N, y los 114° de longitud W. Esto es, adentrándose en el continente desde las costas de California, hasta el delta del Río Colorado

Al oeste del Mar de Arena, se encuentra la Mesa de Sonora, que lo separa del Valle del Colorado.

Hacia el norte, en las tierras altas, se encuentra la Sierra del Rosario, que forma un inselberg granítico, con rumbo NW-SE.

A lo largo de la costa, hay afloramientos de una espesa secuencia de depósitos deltaicos del Pleistoceno, y también algunos depósitos de playa elevados hasta alcanzar una altitud de 8 m, y con probable génesis durante el Último Interglacial.

Respecto al clima del presente, es árido y entre cálido y templado. Las precipitaciones ocurren mayormente entre septiembre y diciembre, y alcanzan un monto anual de alrededor de 73 mm en el sur y 62 mm en el sur. En la misma forma cambian también las temperaturas, descendiendo sus valores de norte a sur, y a medida que se abandona la costa hacia el este.

Los vientos dominantes proceden del sur en verano, y del norte y noroeste en invierno y primavera. Patrones de vientos más localizados se producen por la circulación asociada al relieve.

¿Qué tipos de dunas hay en Sonora?

Como también prometí en el post de la semana pasada, toda la dinámica eólica y las dunas resultantes de ella, serán analizadas en profundidad en futuros posts, pero por hoy, les adelanto lo que sucede en el desierto de Sonora.

Existen en el Mar de Arena de Sonora, tres tipos principales de depósitos eólicos:

  • Láminas de arena y zibar. Les adelanto que el zibar se forma con partículas algo más gruesa que la arena media y gruesa. Se podría considerar que se trata del nombre local para los sábulos.
  • Dunas transversales o crecientes, de tipos simples, compuestos y complejos. Son cuerpos con eje medianamente recto, sin «cuernos» a favor ni en contra del viento.
  • Dunas en estrella y parabólicas, (o inversas), compuestas o aisladas. Las primeras presentan diversos ejes, y las segundas presentan sus «cuernos» apuntando hacia la dirección de la que procede el viento. Las causas de estas formas las veremos en otros posts como ya les dije.

Un poco por fuera del Mar de Arena, existen dunas fijadas por la vegetación y simplemente lineales, o barjanoides, con no más de 3 a 4 m de altura.

La provisión de los sedimentos sería desde zonas de alimentación situadas al sur y al oeste, derivadas en última instancia del transporte del Río Colorado, lo que define un diseño general característico de casi todos los grandes desiertos, en el que las mayores estructuras se encuentran más o menos centralmente, con disminución progresiva del tamaño de los cuerpos hacia los bordes.

¿Qué puede decirse de su contexto geológico y geomorfológico?

El estado de Arizona forma parte de la provincia geológica de Cuencas y Sierras (Basins and Ranges), ubicada en el suroeste de los Estados Unidos.

Ya dijimos que es el Río Colorado quien aporta sedimentos al desierto, y de él puede decirse que constituye el límite geográfico entre los estados de Nevada y Arizona, y también entre Arizona y California. Sus principales afluentes son el río Gila, el río Pequeño Colorado, y el Bil Williams.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: La foto que ilustra el post es de Wikipedia.

Catamarca y sus dunas.

dunas tatonEn un post ya lejano, les sugerí diez lugares de Argentina que un geólogo debería conocer, y luego se los fui presentando, según prometí en el primer momento.

Cumpliendo esa promesa, hoy quiero contarles acerca de las dunas de Catamarca, un poco someramente por ahora, ya que más adelante vendrán también posts en los que explique en detalle qué son, cómo se forman y cómo evolucionan las dunas o médanos.

Pero hoy nos vestiremos de turistas curiosos, y haremos una visita introductoria, con sólo unas pocas explicaciones geológicas, para no aburrirlos.

Aclaremos que además de las dunas hay en Catamarca otros bellos paisajes dignos de conocer, pero he seleccionado esto en particular por lo que verán más abajo.

¿Qué se entiende por dunas en Geomorfología?

Como ya dije má¡s arriba, por ahora solamente les adelanto que una duna es una acumulación de arena generada por el viento, y formada por partículas con una granulometría dominante de aproximadamente 0,2 mm de diámetro promedio.

La formación y posterior evolución de las dunas es tan interesante, repito, que será analizada con más detalle cuando les vaya presentando la dinámica eólica y sus paisajes asociados.

¿Dónde se encuentran las dunas catamarqueñas?

Las importantes dunas de que vamos a hablar se conocen por el nombre del cercano paraje de Taton, y se encuentran dentro del Bolsón de Fiambalá, que a su vez se localiza unos 60 km al norte de la ciudad de Tinogasta, cabecera del Departamento homónimo donde está el campo eólico, en el oeste de la provincia de Catamarca.

El Bolsón de Fiambalá forma un valle semicircular y ha sido repetidamente cubierto por la arena eólica, generando al menos tres dunas bien identificables, que se encuentran entre las más altas de Sudamérica. Hay también dunas menores que llegan a ascender por las propias Sierras de Fiambalá.

Las coordenadas de la base de la mayor de las dunas son 27º 32′ S y 67º 34′ W.

¿Cómo es el contexto geológico y geomorfológico?

Existe en América del Sur, lo que se conoce como la Diagonal Árida, al oeste de la cual, el déficit hídrico se acentúa, generando paisajes que en muchas zonas incluyen campos de arena, médanos y dunas, a veces activas, es decir en avance.
En Argentina, la Diagonal Árida se extiende desde la Puna hasta la Patagonia, y Catamarca se encuentra atravesada por ella.
El bolsón de Fiambalá se ubica al oeste de la provincia geológica de la Cordillera Frontal y al sur de la Puna, dentro de otra provincia geológica, denominada Sierras Pampeanas.

¿Qué características y qué origen tienen estas dunas?

Ya dijimos que las dunas son acumulaciones de arena, y las de Catamarca, en recientes mediciones arrojaron los siguientes resultados: Duna C, la situada más al norte se extiende desde los 1.735 msm en la base, hasta los 2.219 en la cima; la Duna B, en la parte media, ocupa las alturas entre 1.695 msm en el valle, hasta 1.421 m en su cúspide; y la Duna A, la más meridional, tiene en la base una altura de 1.615 msm, y en la cumbre alcanza los 2.845 msm.

Esto define, para la más alta, una diferencia de altitud entre la base y la cima, de 1.230 meters, lo que constituye la altura de la propia acumulación de arena.

Según las investigaciones más modernas, el suministro de arenas para estas dunas procede de los fanglomerados localizados al oeste, en la formación Medanitos. Las partículas más finas podrían también derivar desde el domo volcánico de Cerro Blanco, según lo acredita el alto porcentaje de vidrios volcánicos presente en la composición.

Todo el sistema se vio favorecido por el reciente aumento de aridez acontecido en el intervalo 1919-1957.

A ese respecto, recordemos las características actuales del clima local, que lo definen como de tipo continental semiárido, lo que se manifiesta en la gran amplitud térmica tanto diurna como estacional, una temperatura media anual elevada, y precipitaciones escasas y torrenciales. Durante el periodo estival, que se extiende entre Noviembre y Marzo, la temperatura puede llegar a los 43 o 44ºC.

Los vientos dominantes son desde las direcciones S, SE y E, con velocidades medias de entre 20 y 70 km/h. Llega también a la zona el viento ZONDA, desde el cuadrante NNO, preferentemente durante el invierno. Se trata de un viento fuerte, cálido, seco, y sobre todo, cargado de sedimentos con tamaño variable entre limo arcilloso y arena mediana, que pueden ser transportados grandes distancias sobre áreas desprovistas de vegetación.
De hecho, la palabra Fiambalá, que designa el área, tendría su origen en la lengua aborigen, en la que significa «país del viento».

¿Por qué esta zona ha cobrado notoriedad en los últimos tiempos?

Ya en el comienzo del Siglo pasado, el Geólogo Doctor Alfred Stelzner, reconoció estas dunas entre las más altas del mundo, y las llamó «Sandgletscher», lo que puede traducirse como «glaciar de arena», término que alude a su movilidad, comparable a la del descenso de los ríos de hielo alpinos. En ese momento Stelzner estimó su altura en no menos de 800 metros, aunque hoy sabemos que es mucho mayor.

Sin embargo, no se lo consideró un sitio de interés turístico sino hasta muy recientemente cuando las carreras Dakar lo pusieron en el radar informativo del mundo, cosa no necesariamente afortunada para la preservación del lugar, que podría considerarse un parque geológico.

Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

P.S.: En la foto que ilustra el post pueden verme, parada sobre el techo de una antigua vivienda que hace algunos años fue cubierta completamente por el avance de la arena. Lo que ven detrás mío es lo que queda de lo que una vez fue el parapeto de la terraza vecina. En un círculo algo por delante de mis pies, les he señalado lo que todavía aflora del viejo techo.

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La furia eólica

Estamos en el medio de las fiestas de fin de año, de modo que uno, muchas ganas o tiempo para trabajar no tiene, así es que, por esta vez, hago un copie y pegue desde mi otro blog ¿Y si hubiera una vez?

Ésta es una nueva confesión de viejos deslices literarios. Es uno de esos hallazgos de mi primera adolescencia, escrito cuando tenía yo 14 años, y me creía la Gabriela Mistral de los años por venir.

El viento.

por Graciela L.Argüello.

El viento se cuela entre aullidos por cualquier rendija, torturando con su frío a los seres y las cosas.

Hoy está enojado, furibundo.

Sin escrúpulo alguno, pisotea una esperanza, al despojar de su techo a una familia.

Los árboles se doblan, el cartel sigue enhiesto: de un manotazo, él echa al suelo su altivez.

El viento no se arrepiente, no, continúa su camino con sus risas sibilantes.

Con mano de coloso, arranca gigantescos héroes, que no se doblegan ante el sórdido elemento que disfruta al desarraigar sus leños o sus paredes.

Pájaros sin nido pían con angustia, conmoviéndolo por fin.

El titán llora, no con lágrimas propias porque no sabe llorar… Es todo el cielo el que se desploma en llanto, que borra tanto dolor y que lava su pecado.

Francamente no recuerdo las circunstancias en que escribí esto, pero supongo que habrá sido en una de esas tormentas pavorosas que cada tanto nos regala el clima cordobés.

Como sea, fue nuevamente inspirado por algo que andando los años, me daría de comer, porque sepan ustedes que mis proyectos de investigación se centran hoy precisamente en el loess, material transportado y depositado justamente por el viento.

Es por esa razón que he seleccionado este texto en particular. Porque como pasó con otras de mis prosas, sin sospecharlo siquiera, parece que mi PC mental ya venía de alguna manera preconfigurada con ese destino.

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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.

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