Traducción del post de la semana pasada (fragmento de Eating Dirt)
Si ustedes son visitantes asiduos de este blog, ya sabrán con toda seguridad que el libro Eating Dirt, de Charlotte Gill se cuenta entre mis favoritos, tanto por las anécdotas que relata, como por la precisión de sus reflexiones acerca de la historia natural de los sitios en que el relato transcurre.
La semana pasada seleccionó un nuevo párrafo que puede servir a mis lectores tanto para solazarse como para darle usos más prácticos como:
- ejercicio de traducción científica,
- disparador de discusiones en clases de ciencias naturales de distintos niveles y carreras,
- ejemplo de situaciones del pasado,
- ejemplo de redacción tanto literaria como científica.
Es por todo eso que busco estos materiales para ustedes, pero sobre todo porque disfruto la buena lectura, y pienso que un placer compartido se multiplica.
Y ahora, la traducción del párrafo que les presenté en su idioma original, en el post del viernes pasado.
Hace catorce mil años, esta tierra estaba enterrada bajo el hielo del Pleistoceno. Los ecosistemas por debajo, aplanados, sembrados de derrubios, y doblegados bajo el peso de los glaciares. Unos pocos milenios más tarde, el hielo retrocedió y la vida volvió a colarse subrepticiamente desde los bordes. El pino Lodgepole se movió hacia el norte desde California. Unos pocos miles de años después, cuando el clima se hizo más fresco y húmedo, el abeto Douglas, y la picea Sitka se hicieron cargo. Y luego, por la época en que los humanos iniciaron la agricultura, llegaron los monzones a visitar el noroeste del Pacífico.