¿Un gol provocó un sismo en México?
En las noticias de hoy, se lee que dos sensores en la ciudad de México registraron un «sismo artificial» con motivo de los saltos masivos de los hinchas mexicanos, que festejaban su triunfo nada menos que sobre Alemania.
Bonita historia, pero ¿es científicamente correcta, es posible acaso? Veámoslo.
¿Ocurrió realmente tal sismo en el día de la fecha en México?
Los que recibimos información del Servicio Geológico de los Estados Unidos, podemos asegurar que no hubo hoy en México ningún movimiento telúrico que superara la magnitud de 2,5 Richter, lo cual podría eventualmente coincidir con grados entre 1 y 3 – según la vulnerabilidad involucrada- como máximo, de la escala de intensidad de Mercali. Esto implica sismos que pasan normalmente desapercibidos.
Sismos de menor intensidad no se contabilizan, porque la Tierra es un bicho muy inquieto, y casi constantemente tiene lugar algún movimiento en algún lugar del mundo, que no califica más que como microsismo prácticamente irrelevante.
¿Podría ser cierta la información de que dos sensores habrían registrado sismos?
Aun sin que se hayan registrado sismos en México, – de ser verdad que dos sensores registraron vibraciones- la explicación debe pasar por otro lado, vamos a ello.
En primer lugar, se habla de sensores, no de sismógrafos. Y hay una diferencia importante, porque mientras que los sismógrafos tienen un sistema de filtros y una sensibilidad en un determinado rango, que en conjunto dejan afuera las vibraciones de fondo, que ocurren casi todo el tiempo en las zonas densamente pobladas; los sensores que se usan, por ejemplo para la prospección de petróleo, y que en forma más específica se llaman geófonos, tienen una respuesta mucho más sensible, ya que pretenden registrar las respuestas a los sismos artificialmente producidos al solo efecto de la investigación.
En otras palabras, estos últimos sensores detectan microsismos tan pequeños como el paso de un animal cerca del receptor. Por eso, es común el chiste entre los prospectores, cuando alguien del equipo inadvertidamente perturba el área donde está el geófono, que expresa: «ya pasó algún animal». 😀
En segundo lugar, sí ha habido en la fecha sismos de baja magnitud en Puerto Rico y en el estado de California en USA, que pueden haber generado registros a distancia en México y no sólo allí, pero sin superar la magnitud 2,5 de la que hablamos.
Entonces si algo hubo, pudo ser un microsismo o una simple vibración que un sensor, más sensible que un sismógrafo de la red de prevención sísmica internacional, puede haber llegado a detectar.
¿A qué puede deberse la ocurrencia de microsismos en realidad?
Ahora, ya no hablamos de México en particular sino de microsismos en general. Y les recomiendo releer este viejo post para comprender mejor lo que sigue.
- Ellos pueden deberse a los movimientos precursores o a réplicas distantes en el tiempo, de un sismo tectónico importante.
- Pueden ser causados por movimientos de magmas bajo la superficie, o por explosiones de calderas volcánicas. Ambos pueden ser también de mayor magnitud, pasando al rango de sismos.
- Pueden ser de impacto, por la caída de un meteorito, por movimientos de remoción en masa, o por causas artificiales que veremos en el punto siguiente.
¿Cuándo se habla de sismos artificiales?
Son siempre del grupo de terremotos de impacto y pueden deberse a explosiones, intencionales o no, a derrumbes de edificaciones o explotaciones mineras, y todos los que se provocan con la intención de prospectar recursos, como expliqué más arriba.
¿Por qué no se consideran sismos ni siquiera a escala micro, los registros que responden a otras causas?
Porque según la definición que ya les he adelantado hace muchos años, en el post que les mandé a leer hace un momento, un sismo es: «una liberación repentina de energía, que ocurre por debajo de la superficie terrestre, y que se transmite en forma de ondas a través de todos los materiales que encuentra a su paso».
Entonces, vibraciones como las que provocan el paso de un tren, el intenso tránsito en zonas urbanizadas, o como en este caso se argumentó, los saltos masivos de mucha gente, no caben en la definición, porque se trata de procesos duraderos, no de liberaciones repentinas, y porque, además no ocurren por debajo de la superficie terrestre, sino sobre ella. Sólo algunos terremotos de impacto se consideran tales pese a su origen superficial.
En definitiva, el sismo de los hinchas mexicanos no es sino un bonito mito popular, que seguramente durará en el tiempo hasta que la gente termine creyéndolo verdadero.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.
Muy de acuerdo, es un mito que se extenderá durante años.
Saludos