Una curiosidad histórica: ejemplo de pseudociencia. Parte 2.
El lunes pasado subí la primera parte de este tema, y por ende deberían comenzar por leer ese post antes de internarse en éste.
En ese momento respondí a las siguientes preguntas:
¿Quién fue Parallax?
¿Qué postulaba Parallax?
A partir de allí continuamos hoy.
¿Cómo presentó su teoría?
La versión final del libro en el que postuló sus devaneos pseudocientíficos reconoce dos versiones previas.
Fue primero un panfleto de 16 páginas publicado en 1849, con una segunda edición de 221, que apareció en 1865. La forma final, con 430 páginas data de 1881, y fue la base fundacional para el movimiento Zetético, que hasta hoy sobrevive, pese a todas las pruebas en contrario de la teoría que sustenta.
¿Qué «pruebas» presentaba?
Absolutamente ninguna que pueda resistir el menor análisis verdaderamente científico. Al hojear su libro, se ve que las referencias bibliográficas son fundamentalmente citas bíblicas, párrafos de conferencias propias y ajenas, y artículos de diarios y revistas. Las pocas veces que aparece un texto de otro tipo, se trata de material totalmente obsoleto aun para su época.
Por otra parte, los muy numerosos «experimentos» tal como él mismo los presenta, no son más que observaciones ópticas, limitadas por la ignorancia respecto a la perspectiva, y por tratarse siempre de distancias despreciables respecto al radio al que responde la curvatura de la Tierra.
No puede rescatarse nnguna prueba. De hecho, un desafío -ya mencionado en el post anterior- entre uno de los más fanáticos seguidores de Rowbothan, llamado Hampden, y Wallace, que refutaba la teoría, se resolvió a través de jurados que no pudieron menos que fallar a favor del opositor a la escuela Zetética. Y lo hicieron tantas veces como Hampden apeló, terminando todo en lo que hoy llamaríamos acoso, por parte de éste hacia Wallace.
¿En qué falló esa teoría?
Para ser breve, podría limitarme a decir «en todo» y no estaría tan equivocada, pero vale la pena esgrimir aunque sea un par de argumentos, aunque haya en realidad cientos de ellos.
- Una proyección polar de una Tierra supuestamente plana da por resultado una total deformación de la geografía hoy bien conocida, con buenas imágenes satelitales que no admiten mayor discusión. Esa deformación crece hacia el sur, de tal modo que el mapa Zetético desfigura por completo tanto a Sudamérica como a África, y termina desplazando a Australia y Nueva Zelanda hasta el centro del Océano Pacífico, como ven en la Figura que ilustra el post.
- Por otro lado, Rowbotham jamás dio explicación alguna para muchísimas preguntas que quien lea su Astronomía disidente no puede menos que plantearse. Cosas tan obvias como la aparición de las fases de la luna, en un cuerpo que él plantea con luz propia, resultan inexplicables. Y si se asume una distancia tan pequeña entre la Tierra y los demás cuerpos, ¿cómo es que la gravedad no se ejerce entre ellos, cosa que desmoronaría todo su castillo de naipes pseudocientífico?
- Para que su sistema funcione, Rowtham debe ignorar por completo la gran mayoría de los datos científicos hasta hoy aceptados. Tanto es así, que no pudiendo aplicar el método científico a sus «investigaciones» hace uso de lo que él bautiza como «Método Zetético», lo que en gran parte no constituye otra cosa que la aceptación de razonamientos circulares. Durante años, un clásico ejemplo que se ha mencionado de ese razonamiento circular en la obra de Parallax, es aquél según el cual afirma que «como la tierra es plana, se pueden ver faros distantes, lo que prueba que la tierra es plana». Absurda manera de justificar un postulado.
¿Qué más se puede agregar?
Algo que a mí me causa gran sorpresa. Esta manera de pensar no se ha perdido en la noche de los tiempos. Muy por el contrario, hay todavía hoy una Sociedad de la Tierra Plana (FES por su sigla del inglés Flat Earth Society), en el Reino Unido.
Según FES, la Tierra es un disco plano, y centro del Universo, alrededor de quien giran el Sol y los demás cuerpos estelares.
Vean esta cita de Michael N. Wilmore, vicepresidente de la FES: «Un día miré por la ventana y observé la Tierra. Parecía plana. Eso es lo que en nuestra organización llamamos evidencia sensorial directa. Me parece extraño que la gente confíe en lo que otras personas les dicen, pero no en la evidencia de sus propios ojos».
Ahora bien, si hemos de confiar en la «evidencia sensorial directa», podremos asumir, entre otras cosas, que todas las largas rectas de las rutas del mundo se van afinando hasta unirse en un punto, porque así es como la perspectiva las instala en nuestros ojos. Y sólo es una de las muchas «mentiras» de las que permanentemente nos hacen víctimas nuestras percepciones.
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Un abrazo y hasta el miércoles. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post aparece como copyleft por su antigüedad, ya que es del propio libro del que hablamos.